La capacidad es la que debe marcar el techo, no la paridad
Titula La Nueva España "Los casos de patología mental entre mujeres casi triplican los de hombres en Asturias".
A la mujer se le complica la vida cada día más con referencias anómalas y manipulación sin límite. Ya no saben a qué atenerse, se les lava el cerebro desde tierna edad.
Cada cual (hombre o mujer) debe ser educado en el esfuerzo y sabedores de poder llegar hasta el límite que les marca su capacidad. No más allá. Pero ahora ven y escuchan a estas feministas representándolas, diciéndoles que ellas no llegan por los hombres (muy machistas todos ellos) ponerles zancadillas, que se aparten de ellos, solo las quieren para maltratarlas, que ellas tienen que imponerse a base de cuotas, cremalleras y paridades, con lo cual el cacao mental está servido en bandeja con depresión incluida cuando no puedan por ellas mismas lograr esos retos que les prometían si formaban parte de la misandria general.
En serio, ¿hay necesidad de para mantenerse en el ruque público una Pam-dilla de feministas con salarios enormes y una influencia dañina o engañosa el convertir la sociedad (hombres y mujeres) en una rivalidad confrontada cuando debieran complementarse, amarse y ayudarse?
Creo que no es el camino, ese Ministerio de Igualdad, esas de Podemos, han dividido y embarrado la sociedad y la convivencia. Ni por ser mujer eres menos, ni por ser hombre más.
La educación no debe ser paritaria ni desigual, cada cual juega un papel en la vida, en la sociedad, no el que le marquen Irene, Belarra o Pam; el que desee cada cual. Pero no, estas feministas hasta entran en placeres, gustos y regustos de la vida privada e íntima de las demás.
Es sencillo, vivan y dejen vivir. No marquen a fuego a nadie más, no victimicen a las mujeres.
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