Maravilloso milagro
¡Hola!, me llamo Lola Bernardo Feijóo y llegué a este mundo el pasado 24 de septiembre. Quería escribir esta carta en los primeros días de mi vida para agradecer a todas aquellas personas que hicieron posible este maravilloso milagro de la vida. En primer lugar, quiero agradecer al servicio de ginecología del Hospital V. Álvarez-Buylla, que cuidó de mamá durante las cuarenta semanas que yo estuve con ella, concretamente a las gines Carmen Maillo, Díaz, Puertas, M.ª José, Paloma y a la enfermera Gemma; a Aurora, matrona del centro de salud de Pola de Lena, y a las matronas que en los últimos días velaron para que mis movimientos y latido estuvieran perfectos, Ana, Begoña, María y Gemma. El día de mi nacimiento me sentí arropada en cariño, no sólo el de mis papás, abuelos, tíos..., sino también el de todos aquellos que ayudaron a mamá durante el parto, Gemma (matrona), Aurora y Lorena (auxiliares), Vázquez (gine) y Roberto (anestesista), y los días siguientes al mismo, Vázquez y Freire (gines) y el personal de enfermería y auxiliares de la primera planta, así como pediatras, celadores, personal de limpieza, cocina..., y todos aquellos que hacen que esta cadena funcione. Y es que me siento orgullosa de haber nacido en un país que disfruta de una sanidad pública con los mejores recursos materiales y, lo que es más importante, con los mejores recursos humanos.
No quiero ni puedo terminar sin antes agradecer de manera especial a dos de estos profesionales, a la matrona Gemma, que estuvo interesada por mi mamá durante todo el embarazo, y Dios quiso que el día del parto ella estuviera allí, y a la auxiliar de la planta M.ª Sol, que gracias a su gran esfuerzo, tenacidad y paciencia, no sólo durante el ingreso, me enseñó la lección más importante de mi corta vida, aprender a mamar, y fuiste el bastón de apoyo de mami en esos días; gracias a las dos por vuestra profesionalidad y amistad.
Raquel Feijóo Viesca y José A. Bernardo García
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