Error y consecuencias de la ley Trans
Cuando se están advirtiendo las desastrosas secuelas de la ley «solo sí es sí», con más de 800 revisiones de sentencias en los tribunales de toda España, se ha aprobado otra ley que augura peores resultados. El Partido Socialista, con sus socios de Gobierno, está empeñado en llevar adelante la ley Trans, que supone infiltrar en la sociedad una ideología destructora de la naturaleza humana, pues los que entren por ella van a ser enfermos toda la vida. La presentan como una ley «estrella» de Irene Montero y su equipo feminista, aprobada y publicada por el Parlamento, mientras todos los sectores de especialistas en filosofía, biología, medicina y otras ciencias están temiendo las funestas consecuencias que ya está arrastrando.
En realidad, no es una regulación nueva en España; de hecho, viene a confirmar las nefastas normas que están vigentes en muchas comunidades autonómicas, en las que existen leyes similares a la que se ha tramitado en el área nacional. Ya en la Comunidad de Madrid, por cumplir con su ley Trans de 2016, se dio el caso del profesor de Biología y Geología don Jesús Barrón, que le suspendieron de empleo y sueldo por seis meses por enseñar una realidad científica: «Que solo existen dos sexos, XX y XY». Tan solo por decir algo contra la ideología del género que se intenta imponer a los niños pequeños en los colegios y en los institutos públicos. ¡Horrible educación!
Desde 2014 se han aprobado en las comunidades autónomas, de cualquier color que estas sean, 40 textos en forma de normas trans y LGTBI, con carácter de leyes o protocolos educativos y sanitarios, para la promoción de un autodiagnóstico, seguido de un rechazo de la exploración psicológica, y moviendo rápidamente a tratamientos hormonales, y aun a cirugías.
Vista la experiencia de otros países, que habían adelantado esta ideología, se puede asegurar que esta ley «estrella» de Irene Montero y su equipo va a causar desastrosas consecuencias en la sociedad. Estamos ante la imposibilidad de valorar todavía, pero las naciones que se han adelantado en este tema están retrocediendo por el desajuste social que causa. La comunidad médica sueca comienza a explicar que los diagnósticos que llevan al tratamiento de cambio de género van acompañados de otros desórdenes, por lo que Suecia ha decidido suspender los tratamientos hormonales. El responsable de la autoridad sanitaria del país, Thomas Linden, reconoce ahora «que el incierto estado de conocimiento en la materia incita a la prudencia».
SUMARIO: Las funestas consecuencias de la implantación de una ideología destructora de la naturaleza humana
DESTACADO: En los últimos años más de mil menores han sido medicados con efectos dañinos e irreversibles de modo que han sido condenados para toda la vida a estar enfermos: un atentado a los derechos de la mujer y al libre y sano desarrollo de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes
Los técnicos españoles se han declarado en clara oposición a esta ley. Solo vamos a recordar a José Errasti, profesor de Psicología Clínica de la Universidad de Oviedo, que ha expuesto sus teorías en la conocida publicación de «Nadie nace con un cuerpo equivocado», ratificado por Javier Urra, de la Academia de Psicología de España. Y a Celso Angulo, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental y jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y el Adolescente del Hospital Gregorio Marañón, quién asegura que lo novedoso es que estos casos se vienen multiplicando en los últimos años, sobre todo en las chicas, porque el ser mujer les resulta ingrato y arduo. Y afirma que hay una ultrapsicologización que considera que hay que medicalizar, lo cual desecha cualquier situación cognitiva o conductual, y se aparta de lo que se considera óptimo. La ideología que se ha introducido en la sociedad sobre los trans es causa de la confusión que rodea a un número importante de estas personas, y que, en realidad, no es sino síntoma de un malestar social, no de una incongruencia real.
De donde el doctor Angulo concluye que en estos casos hay que actuar con la máxima prudencia, para que no se proceda a terapias de conexión ni tampoco asertivas, sino proponer a los jóvenes un proceso psicológico de aclaración, informando sobre las dudas de la identificación y atracción sexual. Se les ha de tratar con la mayor prudencia, pues son personas que no tienen suficiente madurez para tomar decisiones que les van a condicionar toda la vida. El gran error de esta legislación está en que se mueve por esta pendiente a personas que no tienen discernimiento suficiente para tomar decisiones, y se les deja decidir, sin cautela, hormonarse o hacer cirugías con consecuencias gravísimas, si no irreparables. Y advierte: «No dejen a los niños, niñas y adolescentes de este país al albur de la política rancia, acientífica, negligente y sectaria».
Ya son miles los afectados por la imposición del modelo impuesto por esta ley Trans, sin una adecuada atención y tratamiento a las personas con disforia de género, sin una exploración psicológica y sin analizar el origen de la confusión que padecen sobre todo en niños. En estos momentos más que hacer una ley que confirme la equivocada regulación que se ha hecho en las comunidades autónomas, cuya experiencia es nefasta, es necesario que se deroguen las leyes Trans de las CC AA y los protocolos sanitarios y educativos derivados de ellas. Pues son un atentado a los derechos de las mujeres, y al libre y sano desarrollo de niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
En los últimos años más de 1.000 menores han sido medicados con efectos dañinos e irreversibles de modo que han sido condenados para toda la vida a estar enfermos. Se trata de un atentado a los derechos de la mujer y al libre y sano desarrollo de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Cuando estas familias se hagan conscientes del daño que les ha hecho el Estado, podrán reclamar indemnizaciones, porque las leyes y la educación que se les han dado les han impulsado a este mal por toda la vida.
La educación sexual que se está planteando en los centros de enseñanza desde la más tierna infancia es fuente de que, en la misma niñez, sin tener conocimiento de lo que se trata, por la falta de madurez, haya una abundancia de planteamientos de casos, y se les condicione a un desequilibrio psicológico y corporal para toda la vida.
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