Alcaraz tiene margen de mejora
Salvo el primer saque, que a veces se le atraganta, y la volea, que no la practica mucho porque debido a la potencia de su juego no precisa subir a la red con frecuencia, el juego de Carlos no tiene prácticamente ninguna fisura y parece ya, a su edad, un jugador muy experimentado y se le ve más calmado en la pista y con menos prisas por ganar, lo que le ha hecho subir un peldaño más, porque no aparenta, salvo excepciones, pasar muchos apuros y desde que superó su última lesión está pasando por encima de todos sus rivales con una facilidad asombrosa, apabullando en la final de Indian Wells, en la que recuperó el número uno mundial, al mismísimo Medvedev, que venía de ganar diecinueve partidos seguidos y se postulaba como firme candidato al trono de la ATP.
Son muchas las virtudes que adornan a un jugador excepcional como es el jovencísimo murciano, que aún con 19 años sigue asombrando al mundo y lo seguirá haciendo porque tiene un inmenso potencial y una larga carrera por delante para batir todos los registros, lo que significa un inmenso honor para el deporte español, porque va a pasear su calidad y desparpajo por todo el mundo durante muchos años.
Es evidente que su técnica roza ya la perfección pero aún tiene margen de mejora aunque no en su juego sino en algunas actitudes en la pista, sin aparente importancia pero que debería corregir. Son solo dos aspectos que repite con demasiada frecuencia, como es el de sacar a pasear demasiado su puño y el de devolver a los recogepelotas, con un exceso de fuerza las pelotas que le sobran antes de sacar.
Apenas dos detalles que su equipo debería hacerle ver y que resultaría muy sencillo de eliminar, para que su imagen, que ya está a un gran nivel, salga reforzada.
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