A los directores televisivos
Desde luego que poco tienen que informar que sea realmente digno, serio y cierto. Caen la mayoría de las televisiones muy fácilmente en lo que se llama “periodismo amarillo” y también en aquello que se conoce por “carnaza”.
Sin ir muy lejos, vuelve una cobarde señora a Barcelona, que huyó cuando el golpe de Estado en Cataluña, después de haber sido indultada por este justiciero presidente al que en agradecimiento insulta, y todas las televisiones acuden con moscas a un panal de miel. Evidentemente el “montaje” de la señora y su séquito caló en las privilegiadas mentes televisivas y, por ejemplo, en La 1, fue portada y eso que el telediario apenas duró diez minutos por el partido Escocia-España.
Con otras señoras nos tienen liados las televisiones hace semanas, meses diría, entre la vice segunda, la mujer del ex-vice y la otra ministra del grupito, hasta el gorro, y “lo que te rondaré morena”. Les dedican minutos y minutos para que veamos sus modelitos, una y otra vez, en el Congreso, en la calle, en un mitin, porque lo que es puramente información, que no especulación, nada de nada. Concretando en la televisión pública, tal vez nos podrían decir con qué criterio le dedican a la vice segunda todos esos minutos no relacionados con su gestión ministerial, sino para promocionar un partido político que dicen que va a fundar o algo así.
Las privadas no se quedan atrás, son muy libres de ello, ¡faltaría más! Ignoro si esto les genera audiencia real o solo es para “entretener al personal”. Para este viaje los directores de telediarios y noticieros televisivos pocas alforjas necesitan, su trabajo podrían perfectamente hacerlo los responsables de los programas llamados del “corazón”, aunque más bien se podrían definir como de: “desgarre, desguace y despiece”.
Lo dicho, no son noticias lo que ofrecen a los telespectadores, es otra cosa distinta.
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