¿Hay o no hay emergencia climática?
Ante el Parlamento astur ha habido una concentración en torno a la interrogante: ¿hay o no hay emergencia climática?
El catedrático Ricardo Anadón, uno de los preclaros investigadores y anunciadores hace muchos años del desastre climático, de nuestra Universidad de Oviedo; el activista (encausado) Sixto Armán, y la presidenta de la Coordinadora asturiana de ONGds, Ana Andrés, ponían voz y cuerpo, en medio del olor a humo y a emanaciones de los incendios, a las demandas urgentes de la comunidad científica y del sentido común.
¿Asturias no arde, la queman? O acaso la emergencia climática enunciada no tiene respuestas concretas de los gobiernos, incluido el asturiano y del resto de autoridades (¿?).
Tierra quemada, vida arrasada. ¿Cuánta de la inacción que denuncia Rebelión Científica se hace escenario concreto de la Asturias incendiada, hoy, ayer y en los próximos tiempos?
La llegada del ministro del Interior ¿volverá a apaciguar incendios o a, “en caliente”, volver a las andadas del recorte de derechos de las devoluciones ilegales en caliente de migrantes, o al mantenimiento por siempre de la ley que nos amordaza, que prometieron “devolver” en frío, pero que no cumplieron en promesa electorera y ahora favorece la detención, el enjuiciamiento, la pérdida brutal de tiempos y energías y recursos para amedrentar, entorpecer, atacar y dinamitar las acciones de quienes denuncian que “No, que no hay PLANeta B”, y que se están vulnerando e incumpliendo promesas y compromisos para darle la vuelta al destrozo climático.
La presidenta de la CODOPA logró exponer y recordar el llamamiento de Berta Cáceres cuando recibía el premio “Goldman” ambiental desde California: Humanidad, ya no hay tiempo… antes de ser asesinada por defender un río, el Gualcarque, de las arremetidas de quienes destruyen el planeta.
El biólogo y catedrático de Ecología ponía en escenario público delante de la JGPA los datos terribles, perentorios, enunciados muchos años antes, de la destrucción y deterioro de biomas, bioclimas, nichos ecológicos, ecosistemas y lugares de vida, llamando de nuevo a “escuchar a la ciencia”.
Y el activista ecologista, ahora de nuevo enjuiciado por unas pinturas de remolacha y colacao, recordaba los tiempos diversos de la desobediencia civil frente a los menesterosos, gobiernos y corporaciones, que destrozan nuestras vidas colectivas, que destruyen nuestra única Mama Tierra, sin que se obtenga, todavía, Justicia ambiental y climática contra los verdaderamente criminales del clima.
Persistirán y persistiremos, no hay otro remedio.
Los pueblos indígenas, la campesinada, la gente del Común han de seguir defendiendo la Vida, y rechazando a quienes se siguen enriqueciendo con su eterna e insaciable avaricia, que se lleva por delante amplios territorios, enormes espacios depredados.
Que no, que no hay PLANeta B, han gritado ante la Junta.
Que sí, que sí hay una perentoria Alerta contra la Emergencia Climática que debe propiciar acciones urgentes, perentorias, concretas, que incluyan también llevar a los juicios a corporaciones y gobiernos que están en el negocio del genocidio planetario.
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