Predicar nun ye dar trigo
Mientras Asturias estaba ardiendo casi por los cuatro costados, nuestros parlamentarios (quinientos en las Cortes Generales y tropecientos en los parlamentos autonómicos) iniciaban sus vacaciones de Semana Santa pagadas -en mi opinión- con nuestros abusivos impuestos.
Qué ocasión más propicia dejaron pasar para demostrar que todo cuanto pregonan va en consonancia o coherencia con lo que hacen y con su manera de actuar; en especial, esas señoras ministras que presumen de progresistas y que piden a todas horas la igualdad de género o sexo, bien podrían haberse subido a sus coches particulares gastando parte de sus buenos emolumentos pagados por todos nosotros y haberse acercado a nuestra Asturias a echar una mano en igualdad con los cientos de varones que se estaban chamuscando hasta las cejas en la extinción de los múltiples incendios que estaban arrasando nuestra Asturias.
Y es que ya lo dice el refrán de toda la vida: "Una cosa ye predicar y otra ye dar trigo". Estas, en predicar, demuestran ser expertas, pero lo de dar trigo, más bien parece que nos lo dejan a los demás.
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