¿Es probable una regeneración global?
“El hombre puede creer en lo imposible, pero no creerá nunca en lo improbable”. Hoy, Oscar Wilde tendría que actualizarse. El hombre actual cree en todo lo que le interese creer ya sea improbable, imposible, o directamente mentira. ¿No conocían los padres o los abuelos de los jóvenes en Cataluña la historia de España?, ¿no se dan cuenta los padres o los abuelos de cómo derivan sus descendientes hacia el acoso, el botellón y la violencia? Que la hipocresía está instalada en la política, la religión, o en los negocios... ya se sospechaba probable y posible, pero que la sociedad se haya hecho connivente con la hipocresía no deja de ser profundamente triste.
Probablemente, el mundo se ha doblegado al interés para sobrevivir, creyendo solo en lo que le interesa creer, tanto si es improbable, imposible o increíble. La verdad ya no tiene fuerza regeneradora. La verdad requiere humildad, valor, sacrificio, impopularidad, o directamente rechazo y persecución. Por otro lado, la mentira es festiva, adaptable, se vende bien, y promete mucho. La verdad no es solidaria con la mayoría cómoda. La regeneración moral, por tanto, parece improbable, por no decir imposible, al menos para una mayoría: “Yo les he dado tu palabra, pero el mundo los ha odiado, porque ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo... Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad” (Juan 3:14,17).
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