Asesinato en Sumapaz
Crimen en Sumapaz. Territorio de histórica resistencia campesina y de la reforma agraria. Este 22 de febrero la XIX Delegación asturiana de verificación a los DD HH mantenía una reunión en Bogotá con una delegación de Sintrapaz. Ese día el sindicato campesino del páramo de Sumapaz estaba feliz, por haberse formalizado a primeros de ese mes la Zona de Reserva Campesina que se venía formulando por muchos años (y que seguro llenaría de alegría al histórico militante de la reforma agraria, ya fallecido, Gerardo González afiliado a ese sindicato, exiliado en Bélgica, y que nos visitó varias veces en Asturias).
Sintrapaz considera un logro una propuesta que tenía ya formulaciones en 1920 con las colonias agrícolas, y que se asienta en la ley de 1994 para asegurar economía campesina: ahora corresponde ponerlo en vigor y para ello priorizan formación técnica y política (de sus 16 veredas y sus JAC, y del sindicato) para abordar con rigor el reto. Plantean la reparación integral por los efectos del conflicto, que no ha tenido reconocimiento hasta ahora, siendo su propuesta de sujeto colectivo de derecho, y por ahí se añadiría un lugar de Memoria en el páramo. Les preocupaban otros planteamientos de turismo masivo, que tienen fuerte impacto en el páramo (como la presencia reciente de 17.000 personas en este lugar tan sensible y estratégico), por lo que solicitarán manejo responsable.
Si este gobierno (que califican de liberal-radical) ya ha puesto en aprobación 4 Zonas de Reserva Campesina en medio año, mientras que desde 1994 solo se aprobaron 7, no es extraño que de momento cuente con el apoyo del campesinado, con el añadido de la convocatoria de Convención Nacional Campesina en diciembre, con el objetivo de que se formularan propuestas concretas a la acción de gobierno, que se añaden al reconocimiento de los derechos del campesinado a tenor de la Declaración de la ONU de 2018. Pero a Sumapaz, que pertenece a Bogotá aunque no lo aparente, las delegaciones asturianas han subido varias veces. Han tenido asambleas grandes, interlocución, disfrute del paisaje del páramo, e incluso alguna manifestación (a esas alturas de los 4.000 metros que precisan de mucho fuelle) contra la presencia abusiva de militares.
Ahora, hace pocas horas, se ha sabido del asesinato de uno de los dirigentes. Manos criminales acabaron con la vida de Carlos Julio Tautiva Cruz (Yuyo), y le causaron graves heridas a Nubia González en la localidad de Sumapaz en Bogotá. Yuyo, era un histórico luchador agrario, hacedor de música y de paz. ¡Exigimos justicia!, dice la nota del Paco. Yuyo fue miembro de la junta directiva del Sindicato de Trabajadores Agrícolas del Sumapaz e integrante de la junta de acción comunal de la vereda Lagunitas. También había padecido la represión militar y judicial, como la mayoría de los habitantes sumapaceños: "El miércoles 16 de junio de 2010 a las 5:30 de la mañana, cuando no había salido el sol en el páramo y la neblina era tan densa que parecía un cuerpo sólido, miembros de la Sijín llegaron a la vereda Buenas Tardes del municipio de Pasca, y disparando para asustar a los campesinos se llevaron preso a Carlos Julio Táutiva Cruz, sobrino de Jorge Eliécer Táutiva asesinado en 1950. Carlos Julio, el de la contemporaneidad, y a quien le decían Yuyo, era fiscal de la junta de acción comunal de la vereda Lagunitas, presidente de la asociación de padres de la misma vereda, vicepresidente de la asociación de padres del colegio Erasmo Valencia y miembro del Sindicato de Trabajadores Agrícolas de Sumapaz (Sintrapaz), fue capturado y judicializado aquella mañana de junio por ser presunto guerrillero, tratándose, al parecer, de otro de los tantos y tantos falsos positivos judiciales de la inteligencia militar del país...".
De nuevo han triunfado los sicarios que acabaron con la vida de Yuyo. De nuevo denunciamos el asesinato de otro líder social y sindical: con él serían ya 46, pues ayer asesinaban en Valledupar (la misma ciudad donde ultimaron a Luciano Romero) a un líder de 75 años, Alfonso Medina, y a Diana Carolina R Madrigal, de ASOJUNTAS, en Norte de Santander.
Seis son los firmantes de paz también asesinados, y 30 las masacres de este año, la última ayer en El Tambo, Cauca.
Denunciamos estos hechos, exigimos al gobierno colombiano investigación y justicia.
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