Incendios en Asturias, toda una quimera
Es de traca barata esta información sobre los incendios en Asturias. Es tanto como decir que no tienen nada, pero tratándose de sospechas premeditadas, allá vamos.
Falta seriedad en la información, y qué decir en los gobiernos.
Lo de la Policía es la única verdad, están investigando, como no podría ser de otro modo. Pero cuídense también de prejuzgar comportamientos sin señales claras y concisas.
¿A qué llamarán que tienen a quince posibles sospechosos? En vez de quince podrían poner un millón, esos somos aproximadamente. En Asturias. Sospecha no es prueba alguna.
Sospecho, también sospecho, que les hacemos el juego a la Rivera y a Barbón, solo quieren quitarse de encima sus responsabilidades por dejadez por abandono del monte, protección excesiva de lobos, osos y jabalíes; nada de quemas controladas, nada de limpieza, todo maleza, matorral y, si añadimos pinos y eucaliptos que prenden como teas, el desastre está preparado en bandeja negligente administrativa.
Es más fácil que, estando así todo tan abandonado, las colillas tiradas por imprudencia sean las causantes de los incendios. No me creo que existan osados (alguno puede, más no) que se atrevan a incendiarse a sí mismos poniendo en peligro sus propiedades y vidas.
Pero nada, sigan dándoles juego a Rivera y Barbón; ellos encantados de seguir buscando sospechosos fuera de sí mismos.
¿Qué hacen por la Asturias vaciada? ¡Nada! Sin gente por los pueblos y muy envejecida, nadie limpia; sin ovejas, cabras y ganado por los montes nadie limpia. Los lobos, osos y jabalíes solo matan, destrozan y convierten los lugares en selvas esperando viento, calor e imprudencias para luego culparnos los unos a los otros.
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