¿Realidad futura o mera utopía?
Hay élites que ya sueñan con un mundo poshumano. También, entre muchos jóvenes se imponen la literatura, el cine y los cómics que les retratan en un mundo reimaginado de libertad y felicidad. También muchos mayores no ven el poshumanismo como una amenaza, pues ven cómo la ciencia y la tecnología, impulsadas por la IA (inteligencia artificial), pueden mejorar la condición humana. Otros hasta llegan a pensar que en un futuro no lejano se podrán cargar nuestros cerebros en superordenadores que hagan frente a todas nuestras limitaciones. Ni dioses ni humanos, seremos cíborgs.
La ciencia ha mejorado la condición humana con sus intervenciones terapéuticas e implantes, por ejemplo. Por otra parte, el ordenador, el móvil, la cámara digital, entre otras innovaciones, nos han dotado de mucho poder.
Estos logros indudables hacen, por otra parte, despertar en muchos la esperanza de un ser poshumano plenamente feliz. Lo cual para mí es solo un simple mito, como el del paraíso primigenio. Pero lo comprendo. La verdad es que nuestro mundo está hoy lleno de desafíos y posibilidades. El ser humano, por lo demás, busca huir de su vulnerabilidad.
Sin embargo, hasta ver si todas estas expectativas se hacen realidad, no hemos de alejarnos de la multitud de necesidades y sufrimientos existentes. Trabajemos ante todo por la mejora de los más débiles. Esto, sin duda, no nos llevará a la superstición.
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