Como si lo malo fuera el perro
¡Pobre animal! Le tiran del rabo, de las orejas, le retuercen las patas, la piel, le tapan los ojos (no quieren que vea), le atan la boca (no quieren que ladre), sólo quieren que escuche porque no piensa, y le dan de comer el mínimo para que no se muera de inanición porque de él viven. Son las pulgas y garrapatas, de las que el perro tiene más que pelos y de las que, dada su anatomía, no puede librarse. Solamente otro perro podría irlo desparasitando, pero tendría que haber otro más que desparasitara al segundo perro, y otro más que lo hiciera con el tercero y otro que lo hiciera con el cuarto y otro con el quinto Mas los animales no piensan. Cada perro rasca, inútilmente, sus parásitos. Cada día se vuelven más esmirriados, mientras siguen manteniendo, bien orondos y acomodados, a los chupasangres que los dejan desangrados.
No hay duda de que el perro tiene cierta capacidad de aprendizaje, ¿suficiente para reaccionar a tiempo de aproximar las cosas a su justo lugar? Hum.
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