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Carta abierta al patronato de la Fundación Princesa de Asturias a propósito de sus coros

14 de Abril del 2023 - José Luis Caso Macbicado y Alicia González Marroquín (Oviedo)

Al Patronato de la Fundación Princesa de Asturias:

Los pasados 30 y 31 de marzo de 2023 se ofreció al público asturiano la Misa de Requiem de Giuseppe Verdi, interpretada entre otras formaciones por el Coro de la Fundación Princesa de Asturias, con el buen hacer y éxito ya consabidos. Pues bien, el motivo de esta carta es exponerles nuestro dolor, incomprensión e indignación por dos cuestiones independientes pero relacionadas, ya que las dos se refieren a ese magnífico coro, cuyos integrantes y director no tienen ninguna culpa de nada de lo que vamos a comentar y se merecen nuestro máximo respeto y admiración.

Primera cuestión: En el programa de mano del Requiem de Verdi se incluye una amplia reseña histórica sobre dicho Coro de la Fundación, en la que se dice textualmente que "El Coro de la Fundación Princesa de Asturias se creó en el año 1983 con el fin de fomentar e incentivar las actividades musicales desarrolladas por la institución en el ámbito de su área musical. Dirigido por José Esteban García Miranda...", dando a entender que el coro surgió de la nada y que el Sr. García Miranda lo dirige desde que fue creado. Más adelante, y si no hemos contado mal, en la reseña se mencionan nada menos que 38 directores del mismo, sumando el actual más los pasados, tanto titulares como invitados y honoríficos.

Pues bien, hagamos un poquito de historia y digamos que: 1) quede claro que el Sr. García Miranda fue nombrado director titular del coro en 1989, seis años después de su creación, y no desde el principio, como parece deducirse del texto citado, y 2) que, curiosamente, entre los nombres de los 38 directores señalados no se incluye el de quien precisamente tuvo el honor y sobre todo el mérito de ser su primer director/fundador y de ponerlo en marcha en 1983, a saber, don Luis Gutiérrez Arias, que hasta esa fecha había dirigido el por entonces muy prestigioso Coro Universitario de Oviedo.

Pero es que además Gutiérrez Arias no se fue solo, sino que la inmensa mayoría de los integrantes del antiguo Universitario se fueron (nos fuimos) voluntariamente con él para formar el nuevo coro, lo que permitió que este comenzase a actuar con muy buen nivel desde el principio, sin tener que esperar meses o años de preparación y rodaje. En otras palabras, que el Coro de la Fundación ni surgió de la nada ni fue dirigido inicialmente por el Sr. García Miranda, sino que fue algo así como un Coro Universitario versión 2 y cambiando solo el nombre, pero no el director ni los cantantes, salvo unas pocas voces nuevas. Por tanto partió de un grupo previo ya muy cohesionado de director y cantantes con una solidez y prestigio avalados y reconocidos con la grabación de varios discos, muchas giras nacionales e internacionales que incluyeron actuaciones en lugares tan emblemáticos como la sede de las Naciones Unidas, la Catedral de Saint Patrick o el Lincoln Center (todos en Nueva York), la Universidad Georgetown en Washington (donde después estudiaría el entonces Príncipe y hoy Rey Felipe VI) o el Teatro Real de Madrid ante una reconocidísima melómana como S. M. la Reina Doña Sofía, y siempre con críticas muy favorables de numerosos medios de comunicación, tanto en España como en el extranjero. Y todo ello por obra y gracia del maestro Gutiérrez Arias, a quien la Fundación ignora o quiere ignorar.

Es más que lamentable que estos hechos no figuren ni en el reciente programa del Requiem de Verdi ni en ninguna de las distintas páginas web sobre la Fundación y su coro que hemos consultado a fondo, que por otro lado son prácticamente un "corta y pega" unas de otras, por lo que solo cabe atribuir el error, olvido o lo que sea a la propia Fundación. Sin embargo, los abajo firmantes conocemos bien esta historia porque en su día cantamos en ambas fomaciones y asistimos en primera persona, y no sin cierto dolor, al "suicidio" y la práctica desaparición de nuestro viejo Coro Universitario en pro del nuevo de la Fundación. Nos indigna y nos duele profundamente que no se mencione a Gutiérrez Arias en el historial del Coro de la Fundación, lo que nos parece una "damnatio memoriae" o "condena al olvido" que no solo falsea la historia de esa formación, sino que además es muy injusta con él, que se merecería que su nombre y su crucial contribución al Coro de la Fundación se citen en los programas y páginas web referidos al coro, aunque solo sea por los hechos que acabamos de relatar.

Segunda cuestión: Queremos transmitirles nuestra tristeza y más firme repulsa a la reciente decisión del patronato de suprimir las secciones infantil y juvenil del coro. Como se dice coloquialmente, con ello la Fundación "se ha pegado un tiro en el pie", ya que esos dos coros eran en buena medida la cantera de la que extraer nuevos cantantes para el coro adulto. Además de dolorosa, dicha decisión es totalmente incongruente con los fines de la Fundación, ya que contraviene de forma flagrante el artículo 2, apartado 2 de sus propios estatutos, que dice literalmente: "La Fundación apoyará la búsqueda del bienestar social y cultural de los asturianos y (...) procurará la exaltación y promoción de cuantos valores culturales contribuyan al progreso de la Humanidad". Nos preguntamos con sumo estupor si es con medidas como esta como pretenden ustedes "fomentar e incentivar las actividades musicales" o procurar la "exaltación y promoción de los valores culturales asturianos o de la Humanidad", según las palabras textuales de la Fundación.

Pero es que tampoco tiene ningún sentido desde un punto de vista puramente económico. Veamos por qué: el gasto que supone para la Fundación mantener los dos coros jóvenes es prácticamente nulo, puesto que por un lado es de suponer que el alquiler del local de ensayo en los bajos del teatro Filarmónica les cueste lo mismo tanto si en él ensaya un solo coro como si lo hacen tres, y eso suponiendo que paguen algo y que no sea una cesión gratuita del Ayuntamiento/Fundación Municipal de Cultura de Oviedo (propietarios del local). Y por otro lado, ni que decir tiene que los integrantes de los coros, jóvenes o adultos, cantan "gratis et amore", es decir, por pura afición y sin cobrar ni un euro.

Pero por si esto fuera poco, y para que los asturianos sepan de qué estamos hablando, basta recurrir a los datos que se pueden ver en la página web de la propia Fundación, según los cuales el porcentaje de sus gastos destinados a actividades musicales en general es del 7% del total, y el de actuaciones y conciertos es del 1%. ¿Quizá tan ingentes gastos les parecen inútiles y se trata de recortarlos haciendo menos fotocopias de las partituras o rebajando el sueldo del director, como ya han hecho con otros muchos de sus empleados? Si es así, que Dios o los dioses guarden a la Fundación de su nefasta forma de gestionarla, que solo se explica si ustedes la contemplan desde un punto de vista puramente economicista-empresarial, o sea, como si fuera una empresa en apuros y con necesidad de reducir gastos. Pero es que el patronato y las altas esferas de la Fundación deberían entender de una vez por todas que estamos hablando de una Fundación, que, por definición, es una entidad sin ánimo de lucro, lo que no tiene nada que ver con una empresa privada ni en el espíritu ni en la letra. Y que además, al menos en los últimos años y según datos de su propia página web, tiene un saldo claramente positivo (la diferencia entre ingresos y gastos en 2020 fue de +54.275 euros, y en 2021 de +648.530). Es decir, que razones económicas, tampoco.

En todo caso, sepan que nadie con un mínimo sentido común puede entender la barbaridad que ustedes acaban de cometer, ni por razones músico-culturales ni por una supuesta (pero evidentemente falsa) lógica económica.

En resumen, las dos cuestiones que hemos comentado son injustas, indignantes, dolorosas, incomprensibles desde todo punto de vista, y, sobre todo la segunda, perjudicial no solo para Oviedo y los asturianos en general, sino especialmente para la imagen pública de la propia Fundación como promotora de la cultura en Asturias, bien ganada a lo largo de muchos años y ahora desbaratada en un instante por una decisión cuyas consecuencias, sin duda, no han sabido Vds. calibrar suficientemente.

Esperamos que ambos errores (por decirlo suavemente) sean corregidos lo antes posible por el bien de todos, empezando por el de la propia Fundación.

Indignados y dolorosamente suyos,

José Luis Caso Macbicado y Alicia González Marroquín, exmiembros del Coro Universitario de Oviedo y del Coro de la Fundación Príncipe de Asturias

Oviedo

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