El declive de la Sanidad Asturiana
El Sistema Nacional de Salud actual, centrado en una atención primaria de salud (APS) fuerte, alcanzó fama internacional con unos indicadores de salud muy buenos y con una relación coste-beneficio excelente. ¿Cómo es posible que pasemos de una situación tan buena a otra caracterizada por la insatisfacción de la población y el hartazgo y descontento de los profesionales sanitarios? Asturias, a pesar de estar en una situación mejor en relación con otras comunidades autónomas, también está afectada por el deterioro reinante en todo el país. Algunas de las razones se comentan a continuación:
1.- Financiación insuficiente:
La atención primaria de salud ha tenido un presupuesto decreciente desde 2010 (13,44%) a 2018 (12,55%). En los Presupuestos para 2023 se le destina un 16,95%, similar casi al de 2022 (16,14%), ocho puntos menos que lo recomendado: un 25%.
Teniendo en cuenta el peso de sectores como la salud pública para APS y la salud mental por la situación actual, las partidas que se dedican, 11,2 y 83 millones respectivamente, parecen escasas.
2.- Controlar lo que se gasta, nichos de ahorro:
El gasto en conciertos (contratación con empresas privadas para pruebas o cirugía) supone para este año un 6,2%, porcentaje superior al del año pasado y más alto que el recomendado, no más de un 5%.
El gasto en farmacia, el originado por recetas, aumenta un 16% del total, similar al crecimiento de la APS y más alto que el de los países de nuestro entorno (12-14%). El hospitalario, que entre 2014 y 2021 creció un 29,8%, lo hace para este año en un 10,2%.
3.- Ausencia de una política correcta de recursos humanos:
La alta tasa de temporalidad desde hace 10 años (40-50% en medicina y 30-40% en enfermería), la escasez de ofertas públicas de empleo y su dilatada resolución en el tiempo, junto a la ausencia de sustituciones, ha repercutido negativamente en la atención de la población. La falta de continuidad de los profesionales a nivel de APS es causa, según un estudio reciente, de aumento de la mortalidad, de las urgencias y de las hospitalizaciones, con su repercusión en el gasto.
No se sostiene el argumento de que no hay médicos en España. Según la OCDE, existían en España 4,4 médicos/1.000 h en 2019, ocupando el cuarto puesto después de Austria, Noruega y Lituania. La precariedad, las malas condiciones de trabajo y el colapso de la APS, provocan que los médicos no elijan la especialidad de Medicina de Familia y los que la tienen prefieran trabajar en Urgencias del Hospital o salir a otros países (4.927 médicos y 5.400 enfermeras están trabajando fuera). Asturias, con 3,9 médicos/1.000 habitantes en 2019, era la cuarta comunidad en densidad de facultativos y facultativas a nivel estatal.
Se estima que un/a médico de familia no debe tener más de 1.500 personas a su cargo; desde esta perspectiva el porcentaje de médicos que supera esta cantidad es un 41,12% superior a la media del país, un 38,17%.
En relación con la enfermería, la tasa media en los países de la OCDE fue de 8,9, mientras que la española fue de 4,2, similar a la asturiana.
Después de observar estas cifras, se puede concluir que no estamos mal en cuanto a médicos, que faltan enfermeras y que hay una mala distribución de los recursos.
4.- Listas de espera:
El 70,60% de las personas tardaron más de dos días en acceder a una consulta de APS y un 27,30% esperó más de siete. Un 13% de los que necesitaban consultar no pudo hacerlo. En el 36,30% de los casos, la consulta fue telefónica y no presencial como debe ser. Un 42,9% de la población asturiana opina que las listas de espera han empeorado en los últimos 12 meses.
El número de personas que esperan a ser intervenidas y la demora media aumentan de año en año. Lo mismo sucede con las esperas para acceder a consultas de especialistas. Es muy llamativo que el cociente de dividir número de consultas sucesivas entre las primeras también aumenta, lo que puede indicar que el hospital está asumiendo revisiones que se deben hacer en APS y esta no lo hace por su situación de colapso o por desconfianza del paciente.
5.- Deriva privatizadora:
Los recortes y el deterioro de la sanidad pública han sido y continúan siendo el principal incentivo para el crecimiento del sector privado, y por eso es una de las estrategias utilizadas para favorecer la privatización. Los asturianos pagan al médico privado directamente por consulta (gasto de bolsillo/persona) 441 euros, superior a la media del país. Un 26% de la población asturiana cuenta con una póliza de seguro privado. Por algún motivo, Quirón se instala en Asturias.
6.- Opinión ciudadana:
La valoración que hacen las ciudadanas y ciudadanos ha caído 20 puntos: antes de la pandemia un 89,5% calificaba la atención de buena o muy buena y ahora lo hace solo el 69,6%.
A modo de conclusión, hay que dar un golpe de timón, lo que requiere voluntad política.
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