Aferrados al poder a más no poder
Érase una vez un yate de lujo que durante cinco años había surcado los mares Cantábrico, Atlántico y Mediterráneo, desafiando vientos y tempestades, al mando del almirante PSOE, el vicealmirante Podemos y la contraalmirante Sumar.
Millones de súbditos (afines unos, renegados otros) navegaban en pequeñas e inestables barcas, contribuyendo con sus impuestos, a la espera de recibir alguno de los golosos premios prometidos por sus votos en periodo electoral.
La vida en el lujoso yate había sido todo este tiempo una continuación de celebraciones chulísimas, saraos, fiestas y excesos, a la espera del jubiloso día 28, mientras los de las barcas empezaban a quedarse sin provisiones y muchos morían víctimas de una pandemia.
Estos últimos, engañados y resignados a su mala suerte, empezaban a desertar, mientras el lujoso yate, ajeno al peligro que suponía una mar embravecida, se alejaba cada vez más.
Una ola gigante creó la zozobra en la tripulación al comprobar que tanto el vicealmirante Podemos, sin chaleco salvavidas, como la cautelosa contraalmirante Sumar habían sido arrojados por la borda, perdiendo todo contacto y sintonía con el almirante PSOE y el resto de la tripulación.
El vicealmirante, consciente de que podía perder el lujoso ritmo de vida que el destino y el PSOE le habían deparado (incluso perecer en el naufragio), haciendo bueno el conocido cuento de la rana y el escorpión, intentaba por todos los medios convencer a la contraalmirante Sumar para que le permitiera agarrarse a su salvavidas y llegar, sanos y salvos, al día 28.
Sumar no se fiaba porque Podemos no le ofrecía confianza alguna y temía el aguijón asesino del vicealmirante, así que optó por la decisión inteligente de abandonarle a su suerte, con la esperanza de perderle de vista de forma definitiva.
Y colorín colorado, este cuento no se ha acabado.
Se acabará si acaso el día 28, fecha en que tendrán efecto las elecciones autonómicas y conoceremos por fin si Pablo Iglesias, con la cantinela de que "solo caminando juntos se cambian las cosas", ha logrado salir vivo del naufragio, y si Yolanda Díaz y su ambicioso proyecto se consolidan, a pesar del ladino Iglesias.
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