De la Champions League a un país de pandereta
En esta "nación de naciones" que decía el ínclito "Z", José Luis, no cabe un despropósito más.
Parecía insuperable lo de los gallos que violan a las gallinas, los trenes que no caben por los túneles de Asturias y Santander, o las camillas que no caben en los ascensores de urgencias de un nuevo hospital en Guadalajara, pero la charlotada del mes es la protagonizada por los Ministerios de Yolanda Díaz e Irene Montero, una de esas cosas chulísimas que hace este Gobierno.
Afecta a la ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social (LISOS) a través de la ley de Empleo, y a la ley Trans. Ambas versiones, "similares y distintas", se modifican el mismo día y dado que se publican y entran en vigor a la vez, las dos versiones son válidas.
Tal parece el enunciado de un principio divino, "solo dos leyes distintas, y un solo caos verdadero". Dios mío, ten piedad de nosotros.
Parodiando a un ilustre pensador, "mejor hubiera sido no hacer nada y que los demás pensaran que sois inútiles, o bien poneros a hacer algo y despejar todas las dudas".
No hacen una ley bien ni a la primera, ni en la reforma de la primera; ni la reforma de la reforma de la primera, ni a la segunda ley; ni a la reforma de la segunda, ni a la tercera... Cosas chulísimas, ya digo.
Claro que la culpa no la tienen las ágrafas y funcionales Yolanda Díaz o Irene Montero. La culpa es del cha, cha, cha, o del PP, o de la extrema derecha, o de los jueces..., sí, los jueces, porque que el TC te saque una sentencia que no se puede aplicar, a los profanos en leyes nos parece que es de coña marinera.
¿Tragedia o comedia? Como decía Mel Brooks, "la tragedia es cuando te cortas el dedo. La comedia es cuando caes en una alcantarilla abierta y mueres". ¡Maldita alcantarilla!
En cualquier caso, es deprimente ver a todos los socios de Sánchez a garrotazo limpio y constatar, al mismo tiempo, que la izquierda de los últimos años adolece de preparación, empatía y capacidad, aunque nada tiene de extraño que un Gobierno tan anárquico y extravagante pueda estar en manos de ignorantes y trileros..., si cuenta para ello con votos suficientes. Al loro.
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