Los bloques se fragmentan
Esto no nos lo cuentan en los telediarios, pero nos da otra perspectiva de lo que está pasando con Rusia en Ucrania, lo que puede pasar con China en Taiwán, lo que EE UU pretende que pase y lo que muchos países de la UE (convertida en una extensión de la OTAN) no quieren que pase.
Mientras Rusia está negociando la paz entre Siria y Turquía, trayendo a Siria de regreso a la Liga Árabe, los americanos, inmersos aún en la guerra de Ucrania (aunque menos), en un ataque de locura no transitoria, sino permanente, han girado el periscopio y, con el pretexto de la defensa de Taiwán, han detectado a su próximo objetivo bélico: China.
A este respecto, hace unos días, en Ámsterdam, en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro holandés, Mark Rutte, el líder francés Enmanuel Macron, ejerciendo como tal, dejó con la boca abierta a políticos y periodistas poniendo los puntos sobre las íes y dejando entrever cierto hartazgo con los “designios” de Biden respecto a Ucrania y Taiwán: París, dijo, es un “aliado” y no un “vasallo” de Washington. “Ser un aliado no significa ser un vasallo... no significa que no tengamos derecho a pensar por nosotros mismos”.
Habló en nombre de Francia, abriendo la puerta a que otros primeros ministros occidentales, perdedores todos, se manifiesten con claridad ante el único ganador y beneficiario de este desiderátum, el amigo americano.
Al regresar de su viaje a China el domingo, Macron argumentó que en la UE no pueden ser simplemente “seguidores de Estados Unidos”, y que no le interesa al bloque avivar las tensiones sobre Taiwán.
Reafirmación contundente, como no podía ser de otra manera, de Bruno Le Maire, ministro de Finanzas francés: “Macron tiene perfectamente razón al exigir la independencia y la soberanía europeas”.
Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, señaló que “bastantes líderes europeos se ponen del lado del presidente francés en su posición de que la UE no debe estar en deuda con las políticas de Washington, especialmente cuando se trata de China, incluso si no lo dicen públicamente”.
El Departamento de Estado de EE UU, con la boca pequeña: “Francia es un aliado de larga data. Los desacuerdos ocasionales no restan valor a la profunda asociación con París”.
Marco Rubio, senador estadounidense de Florida, “avisa” de que Washington podría dejar la UE para manejar el conflicto de Ucrania por sí mismo (vamos, que no habrá pasta en el reparto y la reconstrucción).
Ursula von der Leyen, que describió a China como “una amenaza para la seguridad nacional y económica”, dijo que existe una “inmensa convergencia” entre Washington y Bruselas sobre el asunto.
Saque sus propias conclusiones y cuente con una hipotética ruptura en el bloque occidental (justo en el momento en que la Alemania genuflexa salga del letargo y dé un paso adelante), con previsibles consecuencias a corto-medio plazo.
Es fácil imaginar una lista ampliada de embargos, aranceles y sanciones económicas que, más pronto que tarde, graven y compliquen nuestras exportaciones a EE UU. Ellos son así.
Saludos cordiales.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

