Pequeña Lucía (carta provida)
Pequeña Lucía, no te quieren. Tienes 3 meses de vida, y mañana te matarán. Hace ya tiempo, unos gobernantes aprobaron que eso es legal, y después otros no se han atrevido a derogar esa siniestra ley.
En aquellos días escuché en la radio y vi en la televisión a las personas que promovieron la iniciativa. Es una ley equilibrada, decían, y a mí me estallaba la cabeza al oírles. ¿Dónde está el equilibrio entre tu vida y tu muerte? ¿Acaso existe algún punto intermedio?
Desde entonces, el derecho a vivir lo marca un plazo. Con 98 días, tu vida puede ser protegida, pero con 97 no tienes derecho a seguir viviendo. Y a ti, te faltan unos días.
También les escuché decir cómo la nueva ley protegía los derechos de la mujer. Imagino qué mujer habrías podido llegar a ser tú; una traviesa niña, una soñadora adolescente, una tierna madre, quizás una brillante profesional, o una sabia abuelita.
Pero tus padres ya han decidido por ti que tu vida debe terminar aquí y ahora, porque otros antes legislaron y sostuvieron que eso es justo. Prefieren que mueras “con consenso” a que vivas sin él. También hay alguien que va a cobrar un dinero por matarte.
Pequeña Lucía, yo creo en Dios. La rabia que siento se calma cuando sé que algún día Él impartirá la justicia definitiva. Creo que las personas que han contribuido, sin arrepentimiento verdadero, a tu asesinato no merecerán ir al mismo lugar en donde tú vivirás para siempre. ¡Ojalá pueda yo algún día conocerte allí!
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

