Una izquierda mal educada
No quisiera molestar a nadie, pero hace tiempo que soy partidario de una renta básica universal (RBU) incondicional no muy alta, junto a otro ingreso público condicionado a la ocupación que se realice: todo desde el BCE y sin endeudarse los estados miembros a modo singular. Porque los tiempos están cambiando y vienen muy duros por la desigualdad creciente entre ocupado y desempleado. Siempre he estado preocupado por lo social, quizá la cosa comenzó con aquel cántabro del torno vertical del taller de mecanización de Ensidesa que, un día de los sesenta del siglo pasado, me dijo: “El problema no es que los ricos sean ricos siendo como son pocos, sino que los pobres sean tan pobres siendo como son tan numerosos”. Por eso al leer que hay un político electo de la supuesta izquierda protectora de lo social que declara que va a renunciar a su liquidación por cese, y (sin entrar más en detalles que no me interesan sobre por qué sabe que va a cesar) me escandalizo. Esa postura que él considera coherente logra que los ricos no malgasten su dinero en él, y se lo agradecen. Pues, para esos ricos, no son tiempos de repartir con pobres que son muchos y ellos pocos.
No lo entiendo, pero debe ser porque soy un estúpido ignorante de las nuevas formas del saber que se tienen por parte de esta joven izquierda altruista que renuncia a sus dineros dejándoselos a los ricos, cuando con esos posibles se podría ayudar a gente pobre (una vez que se ha perdido la oportunidad de hacerlo normativamente por defender otras cosas). Bueno, como ya he dicho, no lo entiendo. Ya sé que con la RBU+i también se da dinero a los ricos, pero eso es una forma de motivarles para el pago de sus impuestos y, a la par, ir quitándoles ese burocrático poder del divide y vencerás.
Todo esto me lleva a pensar que sobre los nuevos jóvenes de la izquierda se ha ejercido un magisterio por parte de gente que fue bien colocada (acomodada) en ese magisterio por parte de ese poder al que le importa un pito la izquierda y aún menos la derecha: porque a ellos solo les interesa el poder. En pocas palabras: la joven izquierda está mal educada. Y es que quien mece la cuna del saber educar para opinar y decidir tiene el poder de mantenerse en su poder. Transmitiéndolo a su muerte a su sucesor: que no tiene por qué ser el heredero de su riqueza, solo de su poder.
Sé, y se ve, por qué en la actualidad los filósofos no tienen muchas tribunas para mostrar la historia de la filosofía y sus reflexiones sobre la realidad que ven y quieren transformar: porque tienen que callarse o tomar su cicuta.
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