Trans
Interesantísima presentación hace unos días, en el Club de Prensa de LA NUEVA ESPAÑA, del libro "Mamá, soy trans", con Amelia Valcárcel y los autores del mismo. Interesantísimas intervenciones (solo mujeres, por cierto, con una excepción lamentablemente electoralista), sobre el gran riesgo de esa moda, imposición, delirio, etcétera, de lo que puede derivarse de la llamada ley trans en sus implicaciones jurídicas, sanitarias y familiares, con los/las menores de edad. Y en esto, por fortuna, no tiene sentido hablar de les menores de edad. El binarismo es binario, y sobre dos sexos, cromosomas XX o XY, no cabe otra opción, nos pongamos como nos pongamos. Porque toda trisomía ya sabemos qué supone. Por desgracia. Obviemos, pues, el vocablo "les".
Los científicos hablan de que el ser humano tiene entre unos 30 y 37 billones de células. Pongamos 35. Si eres hombre, tendrás 70 (van por pares, recordémoslo) billones de cromosomas XY, si eres mujer será el mismo número de XX. Eso quiere decir que si de mi organismo clonasen cien mil células (lo que supondría menos de un 0,000001% de mi material genético), surgirían cien mil varones. Me hubiese operado o no. Porque el sexo no es cultural, ni constructo, ni cinematográfico, ni ideal, ni utópico, ni elegible, ni farmacéutico, ni tiktokero. Clonemos a cualquier trans. Cientos de miles y miles de veces. Saldrá exactamente como fue parido por su madre. Aunque en su intención hubiese acabado con toda la producción farmacéutica de hormonas del mundo (un inmenso dineral para tales empresas, por cierto, de lo que no se está hablando). Hormónense desde los 15 a los 90 años. A diario, o semanalmente, o mensualmente... Y mutílense de por vida. Fuera penes, fuera úteros, fuera pechos, fuera clítoris (fuera orgasmos, por cierto, divina condena trans en la creación de inmolados divinos seres anorgásmicos de por vida para la causa. Por cierto, ¿alguien dispuesto a afrontarlo ahora mismo, conscientemente?).
Sin mucho que ver con esto, asisto a la miserable y penosa bronca en Unidas Podemos por ver quién rasca un puesto secundario, quizá elegible, en una lista menor, una suerte de "Pasapalabra" esperanzador en cierto futuro parlamentario (nacional, autonómico, local, comunidad de vecinos, yo y mi perro). Podemos, Ciudadanos... Cuánta esperanza dilapidada por tanto cegado mesianismo.
Por eso mi humilde propuesta para cierto cambio en eslóganes (ya que al entrar Sumar en el ruedo, algo habrá que cambiar, entiendo). Sugiero entonces Mutiladas Podemos. O Mutilados Podemas (menos interesante, porque suena a franquismo, militares nacionales heridos en guerra, algo así). Por el momento no Mutilaes Podemes, ya que entre dos opciones no cabe una tercera, hablando de ello, como ya hemos mencionado, acerca de la trisomía.
Esperando entonces a la furiosa inquisición, a sus implacables censores, al furor del converso, nos despedimos...
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