Ojalá me equivoque
Estamos a escasas fechas de entrar en campaña electoral y da pena escuchar la serie de mentiras y promesas para no cumplir que nos están haciendo algunos políticos. Resulta que estamos próximos a terminar la legislatura y ahora, así, de la noche a la mañana, nos ofrecen y prometen soluciones a todos nuestros males y problemas, cuando resulta que en toda la legislatura -en mi opinión- no hicieron más que acrecentarlos. Nos toman por auténticos pardillos infelices, capaces de tragarnos cuantas mentiras se les ocurra contarnos. Es increíble cuánta prepotencia por parte de esta gente de la política; dan la impresión de creer que el mundo empezó a existir cuando ellos/as llegaron a él.
Los españoles/as de mi edad pasamos unos años de posguerra dignos de ser olvidados; llegó la Transición, y tanto los vencedores de aquella nefasta contienda nacional como quienes la habían perdido supieron ponerse de acuerdo para pasar página y dejar atrás todo el sufrimiento pasado, con la única intención de empezar a construir una nueva España en democracia y concordia entre todos los españoles. Estuvimos unos años esperanzados creyendo que iba a ser así, y, de pronto, empezaron los políticos de nueva hornada a revolver en las cenizas del pasado y a reconstruir las trincheras y los muros de división de las “dos Españas”, de tan triste recuerdo.
Pasan las legislaturas y lo poco que habíamos avanzado lo perdemos día a día, y vamos hacia atrás a posiciones nada deseables. Mucho bla, bla, bla, pero mejorar, en ningún sentido. No hay forma de que los partidos se pongan de acuerdo en lo que de verdad nos conviene a los ciudadanos; cada uno tira del carro en dirección opuesta a la de los demás y no hay manera de avanzar un paso; todo va a peor, sin que a la clase política parezca importarle un bledo el interés general de los españoles/as y de su país, y, así, nuestro futuro no muestra más que oscuros nubarrones. Con su actitud, unos y otros parece que están invitando a la ciudadanía a quedarse en casa en el día de elecciones, hartos de promesas incumplidas y de malos ejemplos por parte de quienes son elegidos para solucionar problemas y no para crearlos. Yo así lo veo, ojalá me equivoque.
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