Cazadores de periódicos
Tengo por costumbre echar un vistazo a la prensa mientras tomo un café. Es uno de mis placeres mundanos favoritos.
El problema es que hoy en día poder echar un vistazo al periódico en una cafetería mientras tomas un café y si pinta un pincho se está poniendo cada vez más caro.
Hay gente que piensa que en vez de un bar está en su casa y el periódico es suyo. Es muy difícil encontrar el periódico libre. Hay muchos tipos de cazadores de prensa. El que lo lee desde la primera hasta la última página, el que lo coge y lo dobla en la mesa mientras mira el móvil, el que lo coge para hacer los crucigramas, el que lo coge y luego de un rato de lectura coloca el café encima del periódico abierto y sale a echar un cigarro, y también el que coge todos los periódicos del bar y los coloca uno encima del otro para leerlos todos de seguido... Son lo que se puede denominar caraduras.
En las cafeterías los periódicos son para echarles un vistazo, no para preparar una oposición. Ante el egoísmo de la gente, los propietarios de las cafeterías deberían tomar cartas en el asunto y llamar la atención a esos cazadores de periódicos. No es de recibo ver a alguien hacer el crucigrama del periódico en la cafetería, ni coger los cuatro periódicos a la vez.
Yo les llamaría la atención, uno porque a la demás gente también les gustaría echar un vistazo al periódico. Y otro porque puede ser que la gente al ver los periódicos ocupados siempre por los mismos decida ir a tomar el café a otro bar.
Otro tema a tratar al hablar de estos cazadores furtivos es los trapicheos que hacen con la prensa. Se pasan de unos a otros los periódicos. Llegan a acuerdos: tú coges este y yo el otro y cuando terminemos nos los cambiamos.
Decir a esta gente que hay bibliotecas donde se pueden leer periódicos, revistas y libros en cómodas salas habilitadas para ello.
Por favor, respetad mi momento, respetad mi pequeño placer, por favor un poco de empatía.
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