La magia de la improvisación
Es en el año 2011 cuando la Unesco acuerda que el jazz merece tener un día propio. Se elige el 30 de abril, de manera arbitraria. Nada más tardío, nada más improvisado, nada más merecido e irónico. Nada más jazzístico.
Hoy se escucharán en todo el mundo los estándares de los maestros: Charlie Parker, Thelonious Monk, John Coltrane, Miles Davis, Dizzy Gillespie, Charles Mingus, Billie Holliday, Ella Fitzgerald, y un largo etcétera festejando y celebrando el lenguaje mundial de las emociones y la libertad del jazz.
Hace casi cuatro años y quizá en uno de esos momentos únicos de la vida, tuve la suerte de conocer a Ariel Brínguez, saxofonista del que hemos podido disfrutar en Asturias en varias ocasiones y que me consta está deseando siempre volver a la que considera “su casa”. A través de la amistad surge la posibilidad de trabajar juntos, de aventurarme y convertirme en su mánager, y decido aparcar mi trabajo como bibliotecaria en la Universidad e iniciar una nueva etapa. Al poco tiempo, a la gestión de su carrera artística se une la de Iván “Melon” Lewis, flamante ganador de un “Grammy Latino”.
He sustituido libros por partituras, escritura por escalas (sobre todo, las de aeropuertos y es que precisamente hoy 30 de abril regreso a Oviedo desde la Feria Internacional del Jazz de Bremen), estática por movimiento continuo… he pasado de las longas a las fusas… he conocido otros países, otras culturas, otras gentes, he escuchado otras músicas, otros acentos, he crecido y evolucionado como ser humano. No en vano en ese plazo de tiempo hemos tenido la ocasión de mostrar sus proyectos en más de 70 conciertos de jazz. Mi gratitud es eterna para los dos.
Sumario: Un homenaje al jazz en su Día Internacional
Destacado: Me siento muy afortunada por tener la oportunidad de vivir el jazz desde dentro. Por generar espacios donde la creatividad, la libertad y la sensibilidad del artista están al descubierto
Me siento muy afortunada por tener la oportunidad de vivir el jazz desde dentro. Por generar espacios donde la creatividad, la libertad y la sensibilidad del artista están al descubierto.
Cada concierto, cada puesta en escena, cada actuación es única; es el aquí y ahora, es la inmediatez, es la fotografía musical del momento, un instante fugaz, un contexto único e irrepetible donde se genera una sinergia entre músicos y público que nunca más se dará por mil veces se repita…
Sentir en primera mano la respuesta del público, oír cómo te confiesan al terminar “gracias por alejar mis demonios “, escucharlos tararear con una sonrisa mientras se alejan en la noche… te motiva a seguir. El jazz es conmovedor y absolutamente maravilloso.
No quiero olvidarme de dar las gracias a Mujeres de Empresa por la oportunidad de permitirme expresar lo que soy y siento, por dar voz, palabras y algo de sonido en este día tan especial.
Y qué mejor manera de celebrarlo que con mi saxo y papá Coltrane. En palabras de George Gershwin: “La vida, como el jazz, es mejor cuando se improvisa...”
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo