No existe el cazador furtivo
No.
El espíritu del cazador que hace de la caza un buen ejercicio, la inmensa mayoría, por pura lógica no cabe asociarlo con actos de naturaleza delictiva. Al efecto, de forma interesada se mezclan cosas o personas diversas de modo que no se puedan distinguir uno de otro. El sujeto que abate de manera oculta un ejemplar de una especie cinegética, o clasificada de protegida, sin la correspondiente autorización o licencia, fácilmente se puede concluir que lo hace de forma ilegal, lo que le convierte de hecho en la más clara representación de lo que es llamado un personaje furtivo a secas. De otra maneras, un cazador es toda aquella persona que captura o abate un animal en estado salvaje o silvestre dentro de la legalidad vigente.
Sucede que en ocasiones salta la noticia en distintos medios dando cuenta haberse cometido un acto de consideración delictiva contra la fauna silvestre por individuos que actúan bajo la vertiente de la clandestinidad. Se ha hecho hábito costumbrista traspasar la responsabilidad de estas actuaciones a un espécimen que no existe, puesto que no hay analogía posible entre cazadores conservadores y no destructores de la naturaleza con quienes vulneran, generalmente de forma impune, las leyes. Es por ello que el adjetivo sustantivado de cazador furtivo tiene que disociarse de su aplicación conjunta, puesto que no se corresponde y además tiene la grave consecuencia de faltar a la verdad.
Desde el FAPAS se habla mucho con frivolidad y oportunismo de cazadores furtivos, como supuestos ejecutores de hechos aparentemente fraudulentos cometidos contra la fauna silvestre. Parece que desde esta organización se tiene la firme voluntad de conceder de continuo al colectivo cazador, la exclusividad de su autoría. En razón de todo ello, desde las instituciones cinegéticas, es menester apurar el tiempo y las formas, en virtud de responder a la necesidad de desviar hacia el lado exacto imputaciones que no corresponden al sector de la cinegética con el objeto de transmitir a la opinión pública una versión seria, rigurosa y documentada, a fin de hacer valer la esencialidad y dignidad de la caza.
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