Un conductor maleducado
El miércoles 03-11-10 cogí el autobús número 7, matrícula 5828 (las letras no me dio tiempo a verlas), en la calle Ramiro I, siendo las 18.00 horas, hasta Melquíades Álvarez, como iba muy lleno me situé en la plataforma central cuando me fijé que en un asiento destinado a personas con poca movilidad (había dos personas con bastón) iba sentada una niña pequeña, pensé muy indignada quién sería la madre, de pronto oí una voz y dijo: «Hija no te duermas», yo le dije: «No es que no se duerma es que no tiene que estar en esa silla que es para quien camina mal». Lleva bien vista la pegatina. Contestación de la madre: «No levanto a la niña para nadie». Yo le dije: «Bien te va a ir dando ese ejemplo a tu hija». Ella me contestó: «Me va de p... madre». Los viajeros asentaban con la cabeza pero callaban, la madre seguía diciendo improperios, pero yo sorda. De pronto se vuelve el conductor y me dice: «Esa niña pagó», en muy malos modos. Le dije: «Pagaría para sentarse en sitios comunes no en los destinados a gente con alguna anomalía». Cuando me bajé del autobús le dije al conductor que la niña iba en un asiento que no le correspondía. Me dijo: «Señora, siga su camino y déjeme en paz», sentí una gran impotencia y rabia.
Cuando se elige a un trabajador no solo vale su cualificación para desarrollar su trabajo, hay que tener un poco de psicología, pues tiene que tratar con público y el señor conductor, por llamarle de alguna manera, se portó como un verdadero cafre.
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