Éxodo
-Si yo viviera en Cataluña votaría a Joan Herrera, afirma y firma en un manifiesto la plantilla en pleno de la progresía del espectáculo y aledaños literarios. Sabina, Ríos, Juan Diego, Bassi, García Montero y Consorte (o Viceversa), Banderas, los Bardem (que no pierden bombardeo), Almodóvar, que no se priva de dar el golpe El disgusto que se habrá llevado nuestro Masip si no contaron con él los del manifiesto; con qué entusiasmo votaría él a JH si viviera en El Aaiún. Pero tiene que votar a ZP para seguir cobrando de Bruselas (que esas plazas no las sacan a oposiciones).
De Joan Herrera poco más sabemos los profanos que lo que nos sirven en pantalla; un chico amable y aplicado que conoce sus dossieres y con tan buenas intenciones como sentimientos. Un muchacho, en suma, al que todas las suegras querrían para marido de su hija preferida. Pero JH se enfrenta esta semana a la madre de todas las batallas como candidato de Iniciativa per Catalunya els Verds (ICV) y de EUiA,que sabe Dios lo que será pero por lo menos podrían ponerlo en el orden habitual de AEiOU (pero els catalans, ya se sabe, son muy suyos). En cualquier caso, EUiA debe de ser el nombre en clave del último refugio de la dignidad de la izquierda, según lo dejan entender los del manifiesto; todos los canallas quedan fuera. A defender el alcázar sitiado de la dignidad acuden, pues, las mesnadas del progreso como un solo hombre/una sola mujer (táchese lo que proceda).
Y si JH viviera en Madrid, ¿a quién votarían los del glamour (que llaman de la zeja)? Con esa iniciativa per catalunya, porque Joan les pone, ¿no están poniendo verde a Zapatero? Si yo viviera en Cataluña Ya. Y si tuviera ruedas, motor y manillar mi abuela sería una moto. Pero no está el horno para chascarrillos. En Cataluña vive ya Maruja Torres, barcelonesa de toda la vida (del Arrabal, para más señas de identidad), de Cataluña es Rosa Regás, que debe de andar exiliada por Méjico desde que la echaron de la Biblioteca Nacional con cajas destempladas. El exilio en Méjico (qué les darán allí) es también el horizonte inmediato que se ofrece Almudena Grandes, la inmensa, si por aquí siguen viniendo tan mal dadas. Mal dadas espiritualmente, se entiende; que la crisis económica no parece entrar en las motivaciones primarias de estas aguerridas huestes.
Si ahora emigra a Cataluña lo que nos queda del glamour que acampa todavía en Madrid como en un Tinduf de resistencia cultural, ¿qué quedaría de lo que queda de España? Nos quedaría lo de siempre, seguir bailando con la más fea y pagar el impuesto revolucionario de subvencionar al cine español para ver películas americanas. Pues que se empadronen en Cataluña para votar al Joan y que se queden por allá. O en Méjico. Ya nos las arreglaremos.
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