Un mundo en decadencia
La evolución nacida de la casualidad que se enseña en las escuelas y universidades, está involucionando hacia la bestialidad: "Cuatro millones de españolas han sufrido violencia machista en el último año", y el porcentaje sube hasta 11,6 millones, si se tiene en cuenta la violencia física o sexual a lo largo de su vida. ¿No nos revienta los hígados la violencia incluso contra un bebé porque llora? ¿Cuántos niños mueren asesinados por sus progenitores, ya que no podemos llamarlos padres ni madres si tan solo los ha unido el interés sexual? ¿Es posible que nos haya preocupado tanto la peste física que hayamos orillado la peste inmoral?
Otras civilizaciones han caído en tiempos pasados; ninguna debido a una guerra nuclear, y a menudo su sistema económico todavía funcionaba suficientemente. ¿A qué se debió su caída? En muchos casos los historiadores la atribuyen al derrumbe de las normas morales, a la corrupción interna de la civilización. En esta de ahora, por no decir la nuestra, un factor que hace difícil distinguir lo aceptable de lo inmundo es el que la conducta inmoral se hace popular y hasta atrayente. Escenas y programas en la televisión actual habrían escandalizado a las generaciones de hace solo unas décadas, pero ahora se tragan con facilidad o se disfrutan.
Sí, hay que protegerse, ¿pero solo de lo que nos afecte a la salud o al bolsillo? Ya veremos cómo acaba todo esto cuando observamos en los líderes mundiales o nacionales mayor ambición en los votos que en una sociedad moral. Vayamos preparándonos para asumir que podemos quedarnos sin vivienda porque un joven que podría seguir viviendo con sus padres se adueña de ella, o que el que decía que te amaba, te espera esta noche con el cuchillo. ¿Qué esperanza le queda al inadaptado a este sistema?: "Vengo pronto, y traigo conmigo la recompensa que voy a dar, para pagarle a cada uno según sus hechos" (Apocalipsis 22:12)
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

