¿Eres azafata?
Esta pregunta lleva persiguiéndome los 12 años que llevo en el sector aeronáutico.
Parece evidente eso de que vivimos en un mundo, al menos en Occidente, donde aparentemente podemos ser lo que queramos independientemente de nuestro sexo.
Pues siento decepcionaros, no es esa la percepción general de la sociedad.
Durante estos 12 años esta pregunta me ha perseguido, tanto por parte de conocidos al contestar donde trabajaba, como por curiosos, véase como el conserje de mi casa al verme con el uniforme tras la realización de una línea preguntó si era azafata, e incluso los propios compañeros, cuando el abrigo de la uniformidad de invierno ocultaba los galones de piloto, no saliéndoles las cuentas de la cantidad de tripulación auxiliar en ese vuelo (esto último tuvo gracia, he de admitirlo) dieron por supuesto que sobraba una auxiliar.
No nos equivoquemos, no me molesta que piensen que soy auxiliar de vuelo, ya que los comúnmente llamados azafatas/os son indispensables para la realización del vuelo y su seguridad. Me molesta que por el hecho de ser mujer esté encasillada en el puesto de auxiliar, como si optar a ser piloto no fuera posible por ser mujer.
Pero lo mejor viene cuando tras la pregunta reciben la contestación de "Soy piloto", entonces comienzan una serie de halagos, y con ojos como platos alaban tu valentía, todo ello acompañado de la coletilla "qué valiente siendo mujer".
¡Pues no!, no es una cuestión de valentía, es una cuestión de predicar con el ejemplo y no crear estereotipos, porque a todos se nos llena la boca con la palabra igualdad pero no hacemos lo posible para que sea una realidad.
Yo por mi parte no me pongo limites por el simple hecho de haber nacido mujer, creo que estoy tan capacitada como cualquier persona del sexo contrario para desarrollar las mismas labores.
Las desigualdades las creamos nosotros y nosotros somos los encargados de acabar con ellas.
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