Lo de Ayuso es un abuso
¡Maldita sea, se coló una mariquita en mi gintonic!
Me alivia el haber leído que las mariquitas son mensajeras de buenas noticias, éxitos, transformaciones positivas, salud y romances. Por supuesto, si van tras tu bebida, esa es una situación diferente, grotesca e intolerable.
¡Qué emoción! A ver, a ver... estoy explorando en LA NUEVA ESPAÑA algún notición que me suba el ánimo... Vaya, esta es buena:
Isabel Díaz Ayuso, necesitada de una traca de mayores proporciones que el desfile militar, las cinco veces que sonó el himno de España en las diferentes fases de las celebraciones oficiales o las medallas de la Comunidad, no podía dejar pasar un Dos de Mayo de vísperas electorales como si fuera un San Isidro cualquiera.
Así que le dijo a su secretaria: "Rocío, llama a Félix Bolaños y pásamelo". Dicho y hecho.
- "Oye, Felisuco, a falta de tu jefe, por la artritis, necesito que montes un numerito made in Moncloa que, a mayor gloria de la que habla, sea un plus para garantizar mi previsible mayoría absoluta el día 28, ante estos paletos que besan por donde paso".
- Faltaría más, Isabel. Me hago acompañar por mi guardia pretoriana y ¡por mis bolaños! que asalto la tribuna de honor.
- A ver, Felisuco, no te pongas mazacote, ni mandes a tus bulldogs para elevar tu ego. El compromiso es que la líes, pero respetando el protocolo. Tiene que parecer que sigues siendo del PSOE.
- No debes preocuparte, Isabel, me conoces y sabes que mi "actuación" será en tu exclusivo beneficio para que arrases en Madrid.
- Escúchame, diré que viniste a crear mal ambiente y provocar. Incluso, llegado el caso, puedo llegar a darte una patada en tus partes pudendas para dar credibilidad al acto. Te recuerdo que es un Dos de Mayo y tiene que triunfar la resistencia, por lo tanto, no pasarás". Y no pasó.
Todo aconteció según lo previsto y cuando Bolaños intentó penetrar a la fuerza en la tribuna de Ayuso con el democrático "no sabe usted con quién está hablando", se encontró con la firme oposición de la jefa de protocolo de la Comunidad de Madrid y su fría respuesta, "sí lo sé, y no me importa".
Todo resultó tan creíble y verídico que hasta el inefable Pablo Iglesias no pudo reprimir su emoción belicista y se manifestó arengando a los de su cuerda: "Un jefe de protocolo de la Comunidad de Madrid no puede humillar la dignidad del Gobierno de España y sus ministros". "El señor Bolaños tendría que haber hecho valer su autoridad con una actitud distinta, porque los escoltas no solo están ahí para evitar un atentado, también para abrir paso a un ministro cuando sea necesario".
Último gol de la Presidenta por toda la escuadra y certificación de una previsible goleada de escándalo al equipo monclovita en la próximas elecciones.
Saludos cordiales.
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