Ocurrencias electorales
Entramos en las fechas de campaña electoral, aunque en realidad ya llevamos semanas de calentamiento con un mercadeo de promesas y propuestas que sabemos y "ellos saben" que no se van a cumplir. Forman parte de ese juego absurdo de la política de este país, donde no se exigen responsabilidades por construir un túnel en Gijón para llevar el metrotrén a Cabueñes que lleva varios años esperando tener alguna utilidad o se cambia varias veces la estación de sitio para después de tantos proyectos seguir con una provisional.
Las ocurrencias llegan a tal nivel que se pretende volver a cometer un error parecido soterrando el paseo del muro después de haber denostado una solución nada costosa como crear una plataforma peatonal con un solo carril de circulación. Como si no tuviéramos ejemplos en esta Asturias del derroche de dinero público con obras faraónicas como la variante de Pajares, que forma parte del libro Guinness en gasto y retraso de obras públicas a nivel mundial, mientras se abandonaron hasta "achatarrar" los trenes de cercanías.
Además, teniendo a los medios como escaparate, si alguien dice una burrada un día, al siguiente salen con otra mayor en un desenfreno dialéctico, cuando la realidad si gobiernan es que todo depende de los recursos económicos, del presupuesto que se apruebe cada año y para eso hacen falta impuestos: el IBI, la viñeta, las plusvalías... que encima dicen que van a rebajar. La cuadratura del círculo, recaudar menos e invertir más: falsa disyuntiva que termina por eliminar ayudas sociales muy necesarias para becas de comedor o atención domiciliaria a mayores, mantener colegios confortables y seguros, tener un buen transporte público o mejorar la accesibilidad de las viviendas antiguas.
Y luego está el manido mensaje de que en las votaciones municipales y autonómicas importa más la persona que el partido, por aquello de su cercanía. Tal como está montada la economía de forma global y nuestra pertenencia a la UE, todo lo que se haga a nivel local/regional depende de las directrices políticas de otros estamentos y de las ayudas recibidas. No es posible tomar decisiones al margen de las normas comunitarias en temas tan controvertidos en Gijón como la libre circulación de vehículos contaminantes o la "renaturalización" del río Piles que tanto se discute.
Por eso cuando votamos -hay que votar-, no lo hagamos solo en clave localista, sino bajo la perspectiva de un proyecto nacional y con futuro para las nuevas generaciones. Ya sabemos cómo se las gastan algunos cuando gobernaron no hace tanto en precarizar el empleo, reducir todo lo público y congelar las pensiones. Son hechos.
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