Representantes municipales responsables, por favor
Resulta curiosa la respuesta de algunas personas ante determinados estímulos cuando socializan. Basta con que les digan que a quien les acaban de presentar es el alcalde o la alcaldesa de un pueblo, llamémosle X, para que su percepción sobre ese ser humano cambie radicalmente. Quizás el mencionado pueblo esté compuesto por seis calles, un centenar de casas deshabitadas y una treintena de personas como residentes habituales. Da igual si ese municipio forma parte de la gran cantidad de localidades que conforman la llamada “España vaciada” o si esa persona está imputada por algún tipo de delito, porque lo importante en ese momento y para esas personas es la “solemnidad” que otorga el cargo.
Este mes de mayo se va a caracterizar por una vigorosa lucha de tronos por lograr ser el máximo representante municipal. Esperemos que las candidaturas de los partidos no estén compuestas por políticos que solo aspiran a llevar esa etiqueta de ser el alcalde o la alcaldesa, y actúen con ejemplaridad, buen hacer pero, sobre todo, con honradez. Afortunadamente, muchos municipios de la “España vaciada” tienen alcaldes y alcaldesas con ese perfil. Por tanto, son un buen ejemplo a seguir. Ya dicen que el mundo cambia con el ejemplo y no tanto con la opinión.
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