Ayuso se acerca a la mayoría absoluta
En Madrid se llevaron a cabo las mayores concentraciones, manifestaciones y huelgas en muchos sectores. Siguen alentándose todas ellas desde partidos minoritarios, mientras Isabel Díaz Ayuso crece hacia la mayoría absoluta.
No se preguntan desde el PSOE ¿qué estamos haciendo mal?
Dicen algunos que Ayuso es un peligro para la democracia, incorrecto. En tal caso el peligro para la democracia son aquellos que la votan. Con lo cual la entelequia está servida. Quien es demócrata debe aceptar los resultados, más si te ganan por mayoría absoluta.
Las izquierdas se equivocan con líderes mediocres e imberbes y con promesas en busca de voto. La gente no es estúpida. Con planteamientos que llevan el fracaso escrito, como listas cremallera, cuotas y paridades. O lo que es lo mismo: elegir cargos de relevancia por sexo y no por seso.
La sociedad lleva funcionando muchos años antes de la llegada de esos partidos animalistas, feminoides, victimistas y acomplejados que lo llevan todo a moralinas y puritanismo extremo.
No se puede gestionar con un pupurri de leyes y promesas a la carta tratando de lavar los oídos a todos en busca de votos para seguir en el ruque.
"Si no eres parte de la solución, formas parte del problema", todas las políticas feministas en defensa de la violencia contra la mujer fueron un fracaso, cada día hay más tragedias, más violaciones y más maltrato. Las políticas animalistas también están causando estragos entre las gentes de los pueblos, agricultores, ganaderos, queseros... Qué decir en la España vaciada. Tampoco las políticas ecologistas y de medio ambiente dan fruto, más incendios que dan al traste con toda la defensa de la fauna y flora. La energía limpia no llega y suple a la que había, mucho más cara e imposible de asumir por las familias ahogadas económicamente. Esta energía limpia ni por asomo recupera los empleos perdidos en la reconversión energética.
Lo único que lograron estos partidos modernos fue potenciar a las derechas con la división y la confrontación que introdujeron en la sociedad.
Eso sí, dejan un reguero de desprestigio sobre los hombres y, un victimismo sobreexcitado, impostado y desmesurado en las mujeres, las tratan de menores de edad, solo se protege lo que se interpreta inferior.
A cambio, dan mucha soltura y complacencia a todas las tendencias sexuales e identidades género, convirtiendo la vida íntima, personal y privada en normativa institucional.
Todo eso no cuela, se aprovecha la derecha de ello, no es posible aceptar manipulación en mentes adolescentes, en esas edades de adolescencia y pubertad es fácil dejarse convencer, no tienen edad para asimilar cambios de sexo y abortar. Deben dejarlas decidir cuando sean mayores de edad, serán decisiones irrevocables e irreversibles. Pues todo eso también cala en la sociedad y deciden votar a la derecha, cuando en condiciones normales no lo harían.
Qué decir de leyes animalistas, donde una rata y un perro tiene más valor (hasta cárcel por abandono y maltrato) que las personas mayores, que se las pisotea y abandona sin pena de nadie.
Legislar para el pasado y para la muerte es demostrar fracaso ante el presente, ante el futuro y ante la vida. Leyes de memoria histórica, ese desenterrar huesos de bisabuelos que nadie conoció, cuando se abandonan abuelos que sí conocemos, es de hipocresía superior.
Leyes de aborto y eutanasia dejan entrever ese apostar por la muerte en vez de apostar por la vida. Es claudicar ante los retos, dificultades y facilitar decisiones pueriles, casi delictivas para convertirlas en bien morir; envenenando y abortando.
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