El caso de las tenistas apátridas
En los torneos de la ATP y en los de la WTA, cada tres juegos las tenistas y los tenistas se sientan durante un lapso muy pequeño. En aquellos partidos transmitidos por televisión en ese lapso de tiempo ponen el nombre de quienes compiten y al lado las respectivas banderas. Sin embargo, si la jugadora o el jugador es ruso, bielorruso, o simpatizante de alguno de esos países, no ponen la bandera de su país, con lo que les convierten en apátridas.
Tal ha sido el caso del partido del pasado martes entre la china Zheng y la rusa Kudermetova, a la que al no ponerle la bandera de Rusia convirtieron en apátrida.
Podemos inferir de lo anterior lo siguiente: que USA es enemiga de Rusia y que los de la ATP y los de la WTA le tienen miedo a la respuesta de China si hubieran suprimido su bandera. Sin embargo, a los países que no poseen ojivas nucleares propias o prestadas por la OTAN, como es el caso de Serbia, humillan a sus tenistas (leer en LNE del 28 de agosto de 2022 mi carta “Un aviso para navegantes”, en la que cuento la injusticia que cometieron con Djokovic).
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