Ley de dependencia y mentiras
El 15 de julio de 2009 hemos solicitado el reconocimiento de situación de dependencia para mi padre. Tenía en aquel momento 90 años y aunque con ayuda camina, no se asea solo, no se puede vestir solo y hay que acompañarlo al baño, etcétera. En abril de 2010 se le reconoció un grado 3 de dependencia. A partir del reconocimiento del grado de dependencia, la ley otorga a la Administración tres meses para ofrecer la prestación que sea: centro de día, prestación económica, etcétera. Pasados esos tres meses sin respuesta, es decir, de silencio administrativo, procede hacer un recurso. Fue nuestro caso. Se hizo dicho recurso en agosto de 2010 y a fecha de hoy seguimos sin saber nada. Por supuesto, la capacidad física y mental de esta persona ha ido a peor ya que está a punto de cumplir los 92 años.
Sin embargo, cuando uno lee la prensa parece que no sea la de este país, ya que hace unos días la responsable política de turno decía que en Asturias se pagarían todas las dependencias, hasta las más leves (mi caso es el grado mayor) y hoy leo en prensa que se va a quitar de sanidad para dar en dependencia y asuntos sociales. Miedo me da, que ni dependencia y además recortes en sanidad. Yo pediría a los políticos que para variar no engañen a la población y menos cuando por ley de vida nos queda tan poquito para vivirla.
Sara Álvarez Fonseca, Oviedo
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