Ocupación, concepto trocado
Debo insistir con el tema del sistema formativo. Corrompimos ciertas palabras y ahora resulta muy difícil construir algo para recuperar lo perdido sin retomar los conceptos cabales. Dicen que se flexibiliza el sistema formativo, pero solo lo hace el rigor. Sin embargo, mínimos cambios pueden flexibilizar su adaptación a un mundo que es puro cambio. Si la empresa al inicio selecciona y evalúa con sumo rigor antes de contratar en firme; de igual forma el discente puede ser seleccionado con sumo rigor para una actividad formativa y al final de la misma ser orientado hacia otra selección para continuar el itinerario formativo hasta ser seleccionado por una empresa para desempeñar una ocupación: pero esa actividad formativa debería ser intensa y de corta duración. Hace cuarenta años se inició una revolución formativa desde el Ministerio de Trabajo para dar respuesta a la visión de una nueva perspectiva industrial que se preveía arrolladora: la automatización y robotización a través de la microelectrónica. Pero la mayoría dominante de otro Ministerio la aborta. Y lo logra corrompiendo dos de sus conceptos esenciales: “ocupación” y “módulo formativo”. Se malogran así los itinerarios formativos y la flexibilidad hasta lograr la cualificación profesional para una ocupación. Por eso, en este y en próximos escritos, pasaré a explicar las palabras esenciales para buscar reencontrarse con el progreso industrial y construir un sistema formativo desde el EQF (European Qualification Framework). Comenzaremos con la palabra ocupación.
Ocupación.- Cuando una empresa quiere cubrir un puesto de trabajo hace una oferta de empleo que publica a través de medios y agencias. Entonces un profesional al leerla se identifica como candidato para ese puesto de trabajo y, como él, muchos otros. Otra empresa realiza otra oferta de empleo, quizá no exactamente de igual forma, pero resulta que un alto porcentaje de los profesionales candidatos para ella también lo habían sido para la primera. Esto es así porque se ofertan puestos de trabajo similares perteneciendo ambos a la misma ocupación. Una ocupación que debería tener una denominación común, para poder publicitarse a través de medios y agencias sin confusión. La primera clasificación para una ocupación sería su nivel de EQF, la segunda definirla por medio de: los conocimientos y destrezas necesarias con sus materias y tecnologías; y los contenidos formativos característicos de las mismas. Pues bien, como en cuarenta años no hemos hecho ningún trabajo ocupacional formal, aún no tenemos catalogadas ni definidas las ocupaciones. Esa catalogación es necesaria para todos los niveles del EQF, incluidos los cuatro de los ciclos del Plan de Bolina (que coinciden con los últimos niveles del EQF). Así que: vaya pensando el Ministerio de Universidades la importancia de un catálogo de ocupaciones. Pues la incapacidad demostrada con el Plan de Bolonia y el EQF debe ser superada.
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