¡Ahora nos toca a nosotros!
Después de una legislatura marcada por un Gobierno que ha atacado frontalmente a la caza y al campo, llegó la hora del desquite. Hay que reconocer que la coalición no ha tenido complejos, no le ha temblado el pulso para legislar contra nosotros, de espaldas al rural, aprobando leyes y normas que suponen recortes en los derechos del cazador, pasos adelante para acabar con la caza, agresiones reales a la ganadería y agricultura. Antes no se nos recibía, no se nos escuchaba, ahora todo son promesas y buenas palabras. Pero la realidad es que los hechos están ahí, convertidos en ley a pesar del más de medio millón de cazadores que fuimos a Madrid. Habrá quien por fidelidad ideológica esgrima lo de la exclusión de los perros de caza de la maldita ley como si fuese un gran logro, pero, créame, eso es solo una cortina de humo, algo como la ley del “Sí es Sí”, consecuencias nefastas que llegarán con seguridad. Prometí recordárselo cuando nos traicionaron, a mí no se me olvida, PSOE y Podemos levantaron la mano sin excepción para aprobar la ley animalista, la reforma del Código Penal y la inclusión del lobo en el LESPRE con su blindaje total. Las decisiones políticas deben tener consecuencias políticas, si no nos quieren a nosotros tampoco nuestro voto. Por supuesto no le pido que vote a un partido u a otro, faltaría más, todos somos libres de votar a quien nos dé la gana. Vote usted a la izquierda, a la derecha, al centro, pero si es cazador, pescador, ganadero, agricultor, no vote a partidos anticaza, antipesca, antiganadería, antimundo rural. Desgraciadamente la caza está dentro del debate político y no nos queda más remedio que posicionarnos. Los políticos no son nuestros amigos, deben tener miedo a nuestra fuerza electoral, sentir que no bromeamos, que tenemos un potencial electoral decisivo... o nos respetan por las buenas o por las malas. Por si creían que se iban a ir de “rositas” por fin ha llegado el momento de darles donde más les duele: nuestro voto.
Viva la caza. Viva el mundo rural.
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