A pesar de la vulnerabilidad
Algunos piensan que al perder lo humano su ser substancial nada impide ya que pueda convertirse en poshumano, fabricarse sin límite alguno. Sería el fin de la excepción humana, que diría Schaeffer. En España estamos todavía en el umbral de un debate entre el positivismo y la laicidad (a lo que hay que añadir la ignorancia) y el humanismo y la fe cristiana.
No quiero decir que estas doctrinas (sic) sean falsas o superfluas. (Leo con frecuencia a António Damásio, lo suficiente sabio para poder saltarse con cierta brillantez dificultades serias). Pero ante todo, quisiera atreverme a defender mi sencillo pensamiento. Rodeado de animales, aprendí mucho en Illas: la dignidad del ser humano está en reconocer su debilidad, su dependencia de los demás y su deuda con la cultura. Así como el respeto a la naturaleza, a los animales y a nosotros mismos.
Estamos en período de elecciones y votaciones. Además nos encontramos con visiones diferentes de la realidad. Y en esta debate político bueno sería recordar que somos un “yo” vulnerable que piensa y un “yo” falible que decide. Pero no llegará por ahora el final de lo humano. A pesar de todo, seguiremos viviendo contra todo miedo. Y la paz seguirá con nosotros por la humanidad de tantos españoles.
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