Hablando de decencia
“Hay cosas que son legales pero no decentes”. Más de 48 horas necesitó Sánchez para deglutir y regurgitar ese miserable binomio de la legalidad y la indecencia. ¿Habló quien la casa honró? Después de años ufanándose de haber asociado a la gobernación del Estado a los separatistas vascos y a los golpistas catalanes, dice ahora, tarde y con la boca pequeña, que hay indecencia en la inclusión de terroristas en las candidaturas. ¿No sabía con quién trataba?
Con ellos alcanzó la Presidencia en una moción de censura legal pero dudosamente decente (aquella trampa del juez De Prada), y con ellos se sostiene desde entonces: “No habría Gobierno progresista en el Estado si los que nos queremos marchar no lo sostuviéramos” (Otegi). Con ellos aprobó los presupuestos (“Presos por presupuestos”). Con ellos aprobó las leyes de género que, como quien no quiere la cosa, benefician a los depredadores de sexo; con ellos aprueba la ley de la vivienda que, como quien quiere la cosa, beneficia a los okupas; en sus manos pone “la memoria democrática” para que, de una estocada traicionera, ensarten a Felipe González con el franquismo.
¿Es decente indultar para que los indultados te voten? ¿Es decente alterar el Código Penal (sedición, malversación) para que los penados te apoyen? Los terroristas van en las listas no a pesar de que fueron terroristas sino porque lo fueron. Su inclusión en las candidaturas supone un reconocimiento superior a los “ongi etorri” que les obsequian a la salida de prisión. A esos candidatos terroristas se les podrá considerar terroristas en excedencia o terroristas jubilados; nunca se les podrá llamar con propiedad “exterroristas” por la misma razón que nunca se les podría llamar con propiedad “exmuertos” a los que ellos mataron.
“Alguien les tendría que recordar a las víctimas que no pueden condicionar la política del Gobierno”, protestaba hace tiempo Iñaki Gabilondo. Sería edificante oírlo protestar ahora de que, con Sánchez, la gobernación de España dependa de los verdugos. “Nos conviene que lo de Sánchez dure seis años” (Otegi). En qué cabeza cabe que los intereses de los españoles puedan coincidir con los de Otegi y los bilduetarras.
Alfonso Guerra decía en su tiempo que lo que estaba a la izquierda del Partido Socialista era “asunto de la Guardia Civil”. Sánchez ha ido sacando de la cárcel a la izquierda golpista catalana (ERC), y a los cabecillas de la izquierda filoetarra vasca porque los necesita ineludiblemente en su proyecto personal de poder. De esta legalidad indecente instaurada por Sánchez participan por igual los que allí votan Bildu o ERC como los que votan aquí PSOE o Podemos. Sánchez, Otegi, Rufián, tres máscaras de la misma impostura: utilizar la ley para minar la legalidad.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

