Legislar para condenar
¿Cuántos más niños muertos o machacados psicológicamente será capaz de soportar la conciencia de nuestra sociedad antes de actuar? ¿Cuántos antes de que unos cuantos delincuentes juveniles ensucien la reputación de una mayoría de juventud educada, sana y alegre? Mientras unos no se atrevan a poner encima de la mesa nombres y otros no se atrevan a legislar para que otros puedan condenar, muchos que aún tienen la oportunidad de vivir elegirán morir. Mientras delitos de adultos cometidos por “niños” sean tratados con mucho cuidado para su reinserción social mientras sus víctimas descansan eternamente ya, esto irá a más. Mientras las leyes no usen el escarnio público de jóvenes entrando en cárceles de adultos, conviviendo día a día en una cárcel para que otros observen lo que pasa si se comete bullying, las muertes y las heridas de almas inocentes quedarán impunes y la sociedad marcada para siempre.
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