¿Por qué se sigue manteniendo la cita previa?
El lunes 27 de marzo me dirigí al registro de la delegación de la AEAT en la calle Marqués de San Esteban de Gijón para solicitar un certificado digital.
Dos agentes a la entrada me preguntan si tengo cita.
Como no la tengo me invitan a dar la vuelta y volver con cita previa.
A los tres días, ya con cita, puedo pasar. Saco número.
No recuerdo las mesas de atención al público que conté. En ninguna estaban atendiendo a nadie.
Nadie en la sala de espera.
Esperé a que saliese mi número y una vez sentada en “mi mesa” esperé de nuevo unos minutos. El trámite me llevó tres minutos.
Cuando salía, entraba otra persona.
El martes 16 de mayo me dirigí al edificio de la Antigua Pescadería Municipal de Gijón para realizar unas gestiones.
La persona a la puerta me preguntó que si tenía cita y me indicó que sacara número.
Catorce ventanillas para atender.
Atendiendo solo a una pareja en la ventanilla 8.
Esperé siete minutos a que saliera mi número y fui atendida en la ventanilla 5.
Por cierto, con las pantallas hay serias dificultades para oír a quien te atiende y hay que dar bastantes voces y hacer malabares para que tu voz se haga escuchar por el hueco disponible para pasar los documentos.
¿No podrían eliminarse ya esas pantallas?
La cita previa se instauró cuando el covid-19 para evitar aglomeraciones y los consiguientes contagios. Parece ser que esos bichos se resisten a marchar de ciertos lugares y siguen habitando ya solo en las administraciones. Porque en otros ámbitos se ha vuelto a la completa normalidad; dígase colegios, cines, cafeterías, supermercados, autobuses, etc.
¿De verdad creen que no nos damos cuenta de que ya no es necesario mantener esa cita previa?
¿No les parece lógico que debería ser eliminada ya y ponerse a trabajar como antes?
Sería un buen momento ahora que estamos en campaña electoral y pisan las calles para preguntar a la ciudadanía qué les parece seguir manteniendo la cita previa.
Muchas gracias.
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