Exactamente lo esperado
Pues no, no me había equivocado cuando predije que con la llegada de las elecciones volveríamos a verlos por el barrio después de cuatro largos años. Y ya están aquí, aunque de momento solo de forma virtual, en los carteles, pero en los días próximos lo harán físicamente con toda su parafernalia de gaitas y tambores para pedirnos de nuevo el voto. Y como nos conocen muy bien, y saben de nuestras tragaderas, los volveremos a votar pese a que durante toda una legislatura nos han tratado como a ciudadanos de tercera.
Viene todo esto a cuento de lo que ya expresé en su día bajo el título “Me duele mi barrio”, para denunciar el abandono y la suciedad que es más que patente en nuestro hábitat, unas aceras asquerosas en las que centenares de perros cada día van marcando el territorio sin que una sola manguera ni fregona alivie tal situación y que va formando en el vértice de las aceras con las fachadas un pastiche vergonzante que no huele precisamente a ámbar. Y pásmense ustedes, Oviedo sigue ostentando el ranking de la capital más limpia.
¿Ustedes lo entienden? Pues sí, es tan fácil de entender como que nos toman por tontos, dedicar todos los recursos a Uría y sus aledaños vendiéndonos la parte por el todo, mientras mi barrio, y deduzco que los demás del municipio, tan sucios y cutres como no se recuerda en la ciudad de Clarín, los foráneos o si a ustedes les gusta más los “foriatos”, que solo pisan una vigésima parte del suelo de la cuidad, la complicidad más que evidente de ciertos medios de comunicación que se autodefinen como “independientes”, y periodistas que a diario prostituyen el código ético de su profesión y se ciscan en él.
¿Exagero?, no, ni muchísimo menos. Y bien fácil se lo pongo a todo aquel que quiera verlo siempre que su ideología no distorsione sus neuronas hasta el punto de creerse que la mierda de los suyos huele a rosas.
Permítanme concluir con unas rimas en clave de humor, que es lo último que nos queda, parodiando uno de los poemas más excelsos de nuestra literatura:
Volverán a llegar las elecciones / y otra vez las fregonas y mangueras / tus calles limpiarán / Volverán a sonar en tus oídos / cual cantos de sirenas / promesas que nunca cumplirán / pues una vez que ya les has votado / si te he visto Evaristo no me acuerdo/ y que vayas a la m... te dirán / Ellos saben muy bien que esta campaña / va a ser solo un paseo militar / la oposición ni está ni se la espera / y los pigmeos mentales, que son muchos / esos, esos jamás les fallarán.
Cuando sus charangas lleguen en los próximos días, bien estaría que se dignasen echar pie a tierra y ver con sus miopes ojos lo que hay. Y que a ser posible se sienten en alguno de los asquerosos bancos diseminados por el barrio que tienen más m... que el palo de un gallinero, aun a riesgo de que se les pegue el culo.
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