Carta abierta a la Gerente del Hospital de Jarrio
Antes de que se produzca su relevo como gerente del Área Sanitaria I, cosa que por otro lado ya está al caer, no quiero dejar pasar la ocasión para agradecerle su trato cercano y afable para con los usuarios, así como su constante predisposición para atender las demandas de los mismos.
Me consta que muchos de los usuarios de la sanidad pública del Noroccidente somos unos plastas, unos pelmas e incluso llegado el momento resultamos cansinos y muy pesados. Son muchos los que acuden a los centros de salud porque no tienen nada que hacer, en otras ocasiones se van directamente a las urgencias del Hospital de Jarrio a pasar la tarde. Debo reconocer que la gente hoy día tiene gustos muy extraños, claro que quizá todo ello sea cosa de un progresismo transversal mal entendido.
A la hora de mostrar mi agradecimiento, creo que incluso me puedo tomar la libertad de hablar en nombre de muchos de sus subordinados, todos esos trabajadores de la sanidad que sobreviven como pueden a lo largo y ancho del Área Sanitaria I, gracias a su excelente gestión, la cual viene marcada por la falta de recursos de toda índole, así como la sobreexplotación de los ya existentes, y pongo al personal en primer lugar.
Aprovecho la presente para dejar constancia de mi agradecimiento a todos los profesionales que trabajan en el Área Sanitaria I, de forma más concreta, a todos aquellos que por una u otra causa tuve o tengo a día de hoy un contacto más directo, pues siempre están a la altura. Su buen hacer y su profesionalidad por mi parte está bien contrastada, cosa que no puedo decir de la gerente del Hospital de Jarrio, Dña. Bárbara González de Cangas.
El motivo de esta carta no es agradecer la buena labor de los profesionales de nuestra sanidad pública, que también, hoy se trata de denunciar públicamente la actitud déspota de la gerente del Hospital.
Porque cuando un usuario de la sanidad pública le dirige a usted una queja por escrito (por correo ordinario 20/4/2023) donde le relata la situación asistencial por la que está pasando, usted como gerente del Hospital de Jarrio no puede hacer mutis por el foro, mucho menos acogerse al silencio administrativo. Quizá lo que usted espera es que el doliente se aburra, sin sopesar los pros y contras de tal decisión. Pues entonces déjeme que le diga que está usted cometiendo un craso error.
No puede ser que cuando el médico de cabecera solicita consulta a un paciente con el especialista del Hospital de Jarrio, esta se aplace una y otra vez unas horas antes de la fecha predeterminada, para finalmente demorarla sine die.
No puede ser que cuando un especialista solicita para el paciente una serie de pruebas diagnosticas, algunas de las cuales se pueden realizar en el Hospital de Jarrio, se envié a los pacientes de peregrinación por diferentes hospitales concertados por el Sespa, sin sopesar antes los contratiempos y molestias que se puede estar ocasionando a los mismos y a sus familias.
No puede ser que cuando el especialista se encuentra de baja, desde la gerencia del Hospital de Jarrio no se gestione de inmediato con la gerente del Sespa la sustitución del mismo, evitando con ello que las listas de espera, que ya de por si son insufribles e interminables, continúen aumentando a un ritmo desmesurado.
Corría el año 2009 y el entonces alcalde de Navia, D. Manuel Bedia, advertía del progresivo desmantelamiento del Hospital de Jarrio, por aquel entonces fueron muchos los palancaneros que lo tildaron de agorero, pero desgraciadamente el tiempo da y quita razones.
El Hospital de Jarrio para desgracia de los vecinos del Noroccidente va camino de convertirse en un centro de salud, donde aprovechando algunos de los escasos equipamientos y personal, se va quedar para realizar intervenciones menores.
Por mucho que la señora González de Cangas siga empeñada en vendernos humo, la falta de especialista en el Hospital de Jarrio es más que evidente, al igual que la falta de facultativos en las consultas de los centros de atención primaria del Área Sanitaria I. El personal de enfermería, auxiliares, personal administrativo, etc., andan sobrepasados y están saturados, ya que las faltas de personal no se cubren, las bajas en el mejor de los casos se parchean, mientras que la gerente continúa aplicando el principio del “tira que libras”.
Señora González de Cangas, el 17 de mayo se metió por registro CIGES la misma carta que se le había enviado por correo ordinario el pasado 20 de abril, continuamos a la espera de una solución por su parte. Una cosa le puedo asegurar, que el silencio administrativo no es la solución, más si cabe cuando estamos hablando de la salud de los usuarios.
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