¿A quién votar?
No es broma, jamás pensé en dejar de ir a votar hasta estas elecciones. Siempre me pareció un acto cobarde el no participar en unas elecciones democráticas, ya que dejas a otros decidir por ti.
Pero lo siento, no tengo a quién dar el voto.
A las derechas me lo impide la conciencia. Pero qué curioso, siento en muchos aspectos estar mejor representado por ellos, en otros por supuesto que no. De todos modos, soy demócrata, si ganan (sin mí por supuesto) espero sepan defender lo público (sanidad, educación, servicios sociales...), propiciar industria con empleo digno, apoyar a las familias y personas más vulnerables como son los eternos olvidados por Barbón y Pedro, los ancianos; se mueren solos sin residencias asequibles y decentes donde sean tratados como se merecen -Recuerden, todos llegaremos a ello-.
Votar a las extremas izquierdas, imposible, son los culpables de convertir al PSOE en una marioneta (los necesita para gobernar) de sus moralinas, puritanismo, victimismo; con leyes a la carta para todo, no solucionan nada, solo su frustración e ineficacia. Vean, desde sus leyes de género en defensa de mujer, las tragedias aumentan en vez de disminuir. Cuando no formas parte de la solución, ya eres parte del problema.
Este apartado me duele más, el no votar al PSOE, ni Pedro, ni Barbón, me dan confianza. Solo por seguir en el poder harán las políticas de Podemos (Irene, Belarra y PAM-dilla se me atragantan), solo llegaron para dividir la sociedad entre buenas y malos, feministas y machistas, víctimas y verdugos... Una confrontación permanente en la sociedad.
Las leyes no deben discriminar a nadie, no pueden sustentarse en "sí es sí" o en "Yo te creo hermana", qué decir del "este es mi cuerpo y yo decido" cuando se trata de abortar sin supuestos. Todas esas leyes, ahora vendrán la ley animal (donde tendrá más pena abandonar y maltratar a un perro, lobo o un ratón que a la abuela), tendremos leyes del racismo, xenofobia, homofobia... ¿Cuántas más? Todas con recortes de libertades y presunciones de inocencia; donde se impondrá la dictadura de los ofendidos/as. Cualquier víctima propicia podrá usar la ley retorcidamente y señalar con el dedo a cualquiera que quiera mal por odio, rencor, celos... O por racismo implícito en la propia víctima.
Cuando todo es más sencillo, es cuestión de educación, y quien cometa vejación, insulto, agresión, acoso, violación... Con las pruebas pertinentes (no con la verdad de nadie por razón de sexo, religión, raza o color) ya los códigos civiles y penales recogen penas considerables sin que un partido de registradoras de la verdad imponga la ley.
Qué decir sobre la protección del lobo, oso y jabalí, donde están cometiendo un despropósito delictivo contra las familias de los pueblos, sus propiedades, ganado, empresas... Y seguridad personal, viéndose obligados a abandonar pueblos y medios de vida.
Aborto y cambio de sexo en menores de edad. Esta es la política que padeceremos si ganan las izquierdas. Lo siento, tengo que decirlo.
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