Padre nuestro, venga tu reino
Tengo un amigo policía municipal jubilado, otro jubilado que fue capitán de la Policía Nacional en el país vasco, y tengo uno que aún no se ha jubilado, guardia civil dedicado a protocolos y entrevistas. Con este último tomando una cervecica el otro día quise agradecer su labor con unas palabricas. Siempre he pensado que su profesión no es suficientemente valorada, especialmente en este país en el que apenas pueden defenderse a sí mismos. Hemos visto a los Mossos de Escuadra impedir que se desalojase a los ocupas en el barrio más aristocrático de Barcelona. Supongo que su dedicación como defensores de la ley no se siente cómoda cuando la ley se supedita a intereses partidistas. Se suponía que la política está para servir los legítimos derechos de los ciudadanos, pero... hay intereses que se sobreponen a esos derechos, o a cualquier derecho, aunque se trate de derechos humanos reconocidos en el mundo occidental. Creo que eso está ya asumido por los de a pie, y sufrido por la judicatura.
Hay 200 gobiernos en el mundo aparte de nacionalismos desaforados, y el mundo está cada vez peor, sin ninguna seguridad en el futuro. ¿Qué tipo de gobierno necesitamos para que no se acabe el mundo en una guerra o en el irremisible calentamiento global? Solo queda la promesa sobre el Reino de Dios, un Gobierno que hará la voluntad de Dios en la Tierra para que funcione como funciona el universo, una Administración que devolverá la dignidad al ser humano, haciéndolo valioso para una convivencia en seguridad enseñándole los caminos de la paz, la justicia y el amor. "El Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas... Triturará y pondrá fin a todos estos reinos" (Daniel 2:44). Como resultado: "Los malvados ya no existirán... Pero los mansos heredarán la tierra y disfrutarán su deleite exquisito en la abundancia de paz" (Salmos 37:10,11). Sí, que venga ya.
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