Plan de Europa Contra el Cáncer
Creo necesario comenzar aclarando, que la coincidencia de este epígrafe con el del mismo título en inglés: "European Beating Cancer Plan", publicado por la prestigiosa revista profesional "Gaceta Médica" en su número 914, no es casual ni busca un oportunismo cómodo, sino que persigue divulgar, ampliar y reforzar el atinado propósito de los médicos estimado por el científico que suscribe, compañero entrañable suyo en desvelos sanitarios. Mayor identificación aún me produce mi vieja experiencia cancerosa como paciente hace ahora unos quince años y, "Deo gratias", felizmente superada, que curiosamente se retrasó otros dieciocho a una previa iniciativa parlamentaria mía en el Senado español para desarrollar medios de radioterapia en las Comunidades Autónomas que carecían de ellos, como pude enterarme por la Junta de Energía Nuclear (JEN) -desafortunadamente hoy desaparecida-, en la que contaba con brillantes compañeros y amigos.
SUMARIO: La necesidad de invertir en investigación oncológica frente al derroche de la guerra
DESTACADO: El plan se basa en la posibilidad de desarrollar tratamientos personalizados tras diagnósticos analíticos muy precisos que determinarán en cada caso concreto la biología específica del enfermo dependiendo del órgano oncológicamente afectado
Considero leal y sinceramente que es oportuno traer ahora el tema a colación porque el desarrollo del Plan de Europa Contra el Cáncer', que ahora se propone revitalizar, tiene costes notorios que podrían colisionar con los disparatados e imprudentes que continuamente se dispensan en la UE para propiciar la guerra de Ucrania, que en nada puede beneficiar a Europa, cuando realmente es el fruto de intereses políticos en juego entre USA y Rusia, y que, al centrarse además en territorio ucraniano, amenaza con graves problemas, un conflicto costosísimo que agrava la economía de las naciones del Viejo Continente y el peligro de guerra NBQ (Nuclear, Biológica y Química), que se ha vuelto cada vez más estratégicamente incontrolable, o simplemente reductible a dimensiones tácticas, por razones que ya comenté en otra ocasión y que es bueno recordar: acortamiento del tiempo de respuesta a la agresión a simples minutos; dificultad creciente de localización de las fuentes de ataque (submarinos nucleares de inmersión prolongada), y rigurosa precisión en el alcance de los blancos, por la guía continuada de los proyectiles con sofisticados sistemas telemáticos.
El Plan de Europa Contra el Cáncer requiere menos miles de millones de euros que la desafortunada guerra de Ucrania, y se basa sustancialmente -según expone la "Gaceta Médica"- en la posibilidad de desarrollar tratamientos personalizados, tras diagnósticos analíticos muy precisos que determinarán en cada caso concreto la biología específica del enfermo, y que también dependen, claro está, del órgano oncológicamente afectado.
Las metodologías en uso conocidas son: la cirugía, la irradiación, y la "quimioterapia altamente específica". Como es lógico, debe aplicarse la que proceda en cada caso. Está tomando progresivo interés la "quimioterapia altamente específica", que precisa de un diagnóstico molecular muy riguroso, realizado con altos medios de investigación y por técnicos de cualificación máxima. Con él, los centros especializados elaborarán la medicación necesaria, que se distribuirá por las correspondientes redes clínicas, que harán el correcto seguimiento de sus pacientes. Los autores del magnífico informe de "Gaceta Médica" insisten, muy atinadamente, en que estamos en la era de "la medicina de precisión", y los químicos y farmacéuticos de laboratorio respaldamos plenamente este criterio, que debe asimilarse, garantizarse y prodigarse por nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS). En la misma línea están las orientaciones del European Cancer Patient Coalition (ECPC), que dice contar con apoyos en el Parlamento Europeo que respaldarán el diagnóstico molecular, que es la base de todo este proyecto. A este justo y provechoso clamor se suma la Fundación ECO (Excelencia y Calidad de la Oncología). Todos los especialistas en este nuevo enfoque de los tratamientos del cáncer coinciden en la gran ventaja que supondría "trabajar en red", de forma perfectamente coordinada, y sobre dianas terapéuticas bien definidas, con la ayuda de la Administración pública, y con la colaboración de los hospitales universitarios de las CC AA. La Agencia Europea del Medicamento (EMA), insiste en que "el correcto diagnóstico molecular'' es esencial; así como la más alta especialización de los biomarcadores.
Tras este cuidadoso acopio de atinadas consideraciones de las más autorizadas asociaciones oncológicas, muy estimadas desde mi punto de vista profesional como doctor en Química y licenciado en Farmacia, no puedo desperdiciar mi experiencia parlamentaria en el Senado español para hacer una pregunta política rigurosamente necesaria: ¿Deben los países de la UE seguir derrochando millones de euros en alentar y propiciar la guerra en Ucrania; o sería mejor invertir esos cuantiosos medios en desarrollar rápidamente el Plan de Europa Contra el Cáncer bajo las atinadas orientaciones de los oncólogos europeos?
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