El Sporting, un panorama desalentador
El partido del Sporting contra la Ponferradina fue el fiel reflejo de cómo está el equipo y, conforme pase el tiempo, el club, porque lo que hacen los futbolistas en el terreno de juego arrastra a todo lo demás.
Se vio en el campo el tipo de futbolistas que tenemos, faltos de calidad y de carácter. Faltos de calidad porque era un partido para jugarlo sin presión, tratando de demostrar que son buenos y que juegan mejor de lo que parece y, sin embargo, vino a ratificar que son futbolistas que les queda grande el nivel que requiere la Segunda División. Y faltos de carácter porque si se hubieran necesitado los puntos para no descender estoy seguro que les temblarían las piernas a todos y hubiéramos bajado sin remedio. Por tanto, no se puede esperar nada de ellos ni en un sentido ni en otro, con lo cual se necesita una reestructuración total.
¿Y quién va a hacer esa reestructuración? ¿Qué van a ser las personas que dirigen ahora el club? La respuesta, desde mi punto de vista, es que no da miedo, da pavor. De momento, prescinden de un portero que jugó toda la temporada (incongruencia total) y un central que, aunque ya veterano, es un gran profesional y ejemplo de los que empiezan y, lo más grave, sin sustitutos de garantías a la vista porque los que están ahora son peores.
Los dirigentes actuales al paso que van harán buenos a Fernández y sus amigos. Se supone que saben de sobra que el dinero hay que gastarlo en buenos futbolistas y entrenadores, y que todo lo demás que van haciendo como arreglos en las instalaciones, contratación de personal de toda clase y condición, cambios estructurales en Mareo que, por ahora, solo sirven para marear la perdiz estará muy bien para ellos y cargado de buena intenciones, pero que al aficionado que va a El Molinón eso no le vale, lo que quiere es ver buenos futbolistas y que el equipo gane que ya son muchos años aguantando la misma patraña.
Y lo peor es que se no ve ninguna solución. Tenemos un presidente con buen verbo que debe ser muy obediente con el que manda, un director deportivo parecido a los de antes porque no acierta, ya sea porque no conoce el mercado o porque, lo que sería aún peor, se deje llevar por sus jefes y le metan con calzador “pufos deportivos” venidos de ultramar que no empataron con nadie y que bajan el nivel de manera alarmante, y un entrenador que está, desde mi punto de vista, muy verde y no lo tiene claro. Dice un día, es lo que leo en la prensa, que no se pueden hacer grandes cambios en el equipo y al siguiente que va a hacer una revolución. También dice que en el fútbol y en el futbolista ha de primar lo físico. ¡Oh, sorpresa!..., y nosotros sin saberlo, je, je, como si hubiera inventado la bomba atómica.
Pues volviendo al último partido y al de otros equipos modestos que pasaron por El Molinón, diría a estas “mentes futbolísticas preclaras” que se fijen en sus jugadores para saber de dónde los traen. Verdaderos atletas, como armarios roperos, que al lado de ellos los nuestros parecen niños. Pueden tener más o menos talento, pero ya tiene una base física importante. Aquí, en Mareo, y me duele decirlo, la mayoría no tienen físico ni garra y los que lo tienen son lentos y amanerados en su juego. Puede parecer exagerado, pero los resultados están ahí. Y el entrenador, que dice que ha de primar lo físico, lo que da a entender es que cuenta con ellos y espera recuperar lesionados que son el paradigma de todo esto que acabo de escribir.
Por eso digo que el panorama es negro porque es la misma película de siempre: fichan mal porque no quieren gastar el dinero en traer buenos futbolistas, no conocen el mercado, se deja el equipo en manos de los de la casa que ya vemos cómo son y, encima ahora, dan la baja a dos futbolistas que jugaron toda la temporada.
A ver si suena la flauta y aciertan de una vez.
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