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Alertas de la patronal

29 de Noviembre del 2010 - Alfredo J. Quintana García (Lugones)

En LA NUEVA ESPAÑA del día 29 de noviembre leo el titular que dice: "La patronal alerta de que la alta morosidad municipal estrangula a las pymes asturianas". Alertas de la patronal como ésta, y de que las pymes se hunden si no se abre de forma inmediata un grifo de créditos ilimitados hacia este sector, o de ayudas de la administración, se leen últimamente en la prensa continuamente. Y ante esta batería de manifestaciones, cuyo fondo es doloroso evidentemente, yo pienso que 2 más 2 son 4, que es lo que hay. Y que contra esa verdad matemática no hay nada. Y que la patronal debería de saberlo.

Los ayuntamientos son morosos porque no ingresan suficiente dinero para pagar el exceso de contrataciones. Si no contratan excesivamente, las pymes se quedan sin obra, y se ahogan por falta de contratación. Si contratan de forma tan excesiva, se queda sin dinero para pagar, y las pymes se ahogan por falta de pago. Se ahogan en cualquier caso, porque alrededor de los ayuntamientos hay más pymes que dinero. La única solución es que los ayuntamientos suban enormemente los impuestos para mantener ese nivel de contratación y poder pagar. Pero el dinero que se le quitara al ciudadano en forma de impuestos dejaría de fluir hacia el comercio, y serían otras las pymes perjudicadas. Hay el dinero que hay, y los milagros no existen. Esto debería de saberlo la patronal, y deberíamos saberlo todos.

Y cuando por otro lado la patronal exige que se abra sin límites el crédito bancario a las pymes, está exigiendo que los bancos (en cuyas cajas no hay más que telarañas, que están vacías del dinero de los ahorradores, sus legítimos propietarios, y por eso hay que inyectarles tales volúmenes de dinero del contribuyente), sigan dando dinero sin control a un sector que tiene la mayor deuda de Europa. Un sector que en lugar de hacer uso del crédito para solventar situaciones puntuales y basar sus ingresos, lógicamente, en los ingresos de caja por su actividad empresarial, piden crédito para subsistir y seguir en pie, porque de su actividad empresarial no ingresan suficiente, se hunden. Lo que es absurdo, se convierten en agujeros sin fondo necesitados de un crédito continuo y sin posibilidad de devolución. Eso no es la naturaleza de los créditos. Esto es triste, porque las pymes son la salsa de la economía, pero es lo que hay. Se ve la necesidad de una reordenación de muchas cosas, incluida cirugía dolorosa probablemente, adaptarse a la realidad. Y desde luego menos demagogia. O vamos directos al precipicio.

En resumen, hay el dinero que hay, repartido en manos de los ciudadanos, y en manos de la administración (y si se siguen dando tantas ayudas a empresas o cosas no productivas, a agujeros, cada vez habrá menos riqueza y menos dinero). Los ciudadanos son los clientes de las empresas, y su dinero es el dinero que las empresas ingresan por caja. Si los ciudadanos no tienen dinero, porque bajan los sueldos y suben los impuestos, las empresas no ingresan por caja. El dinero de la administración se puede gastar en ayudas, a las empresas que no ingresan por caja, que no tiran, o a las cosas más peregrinas e improductivas, o en pagar más contrataciones en inversiones productivas. El dinero que se les de a unas empresas en ayudas, luego no lo hay para pagar a otras empresas en las contrataciones. Hay el que hay y no más. Y si se administra mal, cada vez habrá menos y necesidad de más: dos más dos son cuatro, y desgraciadamente, probablemente no haya para todo lo que queramos. El problema es un problema de administración. Según como se haga, se remontará, o nos iremos hundiendo cada vez más. Como en una economía doméstica.

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