No hay nada peor que una persona ofendida sin razón
La ONG Médicos sin Fronteras publicó en Twitter un vídeo informativo en el que alertaba que 500 millones de personas que menstrúan no tienen acceso a productos de higiene personal. La campaña estaba enfocada en mujeres africanas con una situación de extrema pobreza que no tienen recursos, conocimientos u información para tratar el periodo.
Todo aquel que tenga, o haya tenido, Twitter sabe que en esa red social la polémica está servida, y es que la campaña de Médicos sin Fronteras no iba a ser la excepción. Muchos usuarios han criticado el término de “personas que menstrúan” alegando que están excluyendo a las mujeres.
Si soy sincera, no he podido evitar reírme ante los tuits, cargados de indignación, y de las amenazas de dejar de apoyar la organización, que han publicado algunos usuarios. La Real Academia Española define el concepto de persona como un individuo de la especie humana. De esta manera, quedarían incluidos todos aquellos individuos de la especie humana menstruantes. Lo que quiere decir que las mujeres cisgénero están incluidas en la oración.
No comprendo por qué hay tanto rechazo hacia el uso del lenguaje inclusivo cuando se ha probado que su uso es una herramienta clave para formar una sociedad equitativa. Algo que afirma la Universidad de California y la Universidad de Texas, ya que explican que el lenguaje binario lleva a tratar al género como una categoría binaria y favorece a las visiones más estereotípicas de género, aumentado las desigualdades.
Si perseguimos una igualdad hay que luchar por ella en todos los ámbitos sociales. Desde aquí aplaudo a Médicos sin Fronteras por usar el lenguaje inclusivo y por defenderse ante esos comentarios que, lejos de pretender visibilizar la desigualdad de género, hacía de esta una brecha más prominente.
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