Una serie que ya hemos visto
Sigue la pseudoizquierda, erre que erre, empeñada en suicidarse, ni una sola autocrítica le he escuchado tras el batacazo electoral del 28M. Los culpables de su debacle otra vez son los ciudadanos, “que no saben muy bien lo que les conviene”, los que se han “equivocado al votar” o los que se “han quedado en casa”, que han sido 543.409 españoles más que en las elecciones anteriores. Yo he sido uno de los que se han abstenido, lo confieso, por primera vez en mi vida, después de mucho reflexionar, no un solo día, sino durante meses. Alguno dice que cuando dentro de un tiempo los que han ganado hagan cosas que no nos gustan, “ajo y agua”; qué ingenuos, yo al menos conozco perfectamente el gallinero, pero de alguna manera tenía que vengarme y no podía ser votando a la derecha o a la extrema derecha. ¿Entendido?
Pedro Sánchez nos ha metido ahora en otra campaña electoral, bueno, aunque no nos hubiera metido de lleno no habríamos salido de ella. Estar en campaña electoral permanentemente es el gran inconveniente de la democracia. Tendremos elecciones generales el 23J, en pleno verano y con un montón de gente de vacaciones. Vendrán más turistas a España que nunca; este año, además de playa y toros, tendrán también circo. Yo no sé si este será un “verano azul”, lo que tengo clarísimo es que, en ningún caso, va a ser un verano rojo, la agenda 2030 y las cosas que hace Sánchez y sus ministras y ministros tienen muy poco de rojas. Incluso tendremos un “Chanquete” por el que llorará media España, queda por saber si será Sánchez o Feijóo, yo no daría por “muerto” al actual presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, he visto cosas sorprendentes a lo largo de su carrera política.
Estos días los de Yolanda Díaz y los de Podemos han tenido que dejar de lado las navajas traperas, se trata de sobrevivir, poca broma. Sánchez les ha obligado a dar pasos en pocas horas que no han dado durante meses. Habrá codazos por colocarse en puestos de salida de las listas, que presumen, con razón, van a ser muy pocos. En fin, otros/tras están ya buscando trabajo y, acostumbrados/das a cargos y sueldos que no habrían soñado, se rebanan ahora los sesos para ver cómo van a pagar los pufos. Cuando te empecinas, elección tras elección, en el error, te pasan esas cosas. Los socialistas tienen que cerrar filas también, no les queda otra, y tienen que hacerlo tras las ocurrencias de Sánchez, o se salvan con él o se suicidan con él. En muchos ayuntamientos y en unas cuantas CC AA ya se han suicidado, pero, seamos justos, no solo por culpa del presidente del Gobierno, han colaborado con él mucho y bien.
Como no son capaces de rectificar en nada, la estrategia está clara, amenazar a los votantes, y, sobre todo, a los que, como yo, no hemos votado, con la entrada en el Gobierno de Vox. Eso, queridos, no os va a funcionar. Una buena parte de los ciudadanos votará en otra clave y algunos, como millones de inmigrantes, asunto nada baladí, no podrán votar, así que todo será distinto. Veremos pedalear alegres en su bicicleta a Pancho, Tito, Javi, Quique, Piraña, Julia, Bea y Desi, mientras sonará de fondo la música pegadiza. Es un nuevo “verano azul” que todos sabemos muy bien cómo acaba, el suspense está en conocer la serie que nos pondrán en otoño, seguramente será dramática o de miedo, como fue “Historias para no dormir”.
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