Se nos está olvidando lo importante
Después de que se hiciera viral el vídeo de la niña vestida de comunión que recibía como regalo veinte cigarrillos electrónicos, me puse a reflexionar.
Primero de todo, respecto al vídeo, me parece indignante cómo le pueden regalar eso a una niña lleve o no nicotina. Se está educando a la menor bajo la normalización del consumo del tabaco como si fumar fuera divertido e inofensivo.
Cada vez estoy más convencida que hay padres que no deberían serlo, pues no están cuidando de la inocencia, el desarrollo social y sexual, y la salud física, sexual y emocional de sus criaturas.
Tengo varias amigas que se dedican a la docencia y que me han comentado ciertas vivencias que me han dejado helada. Una de ellas, que es profesora en una academia de inglés, ha escuchado a una niña de 8 años contarle a su amiguita lo que es el punto g. Y otra, que es maestra de Educación Primaria, descubrió que uno de sus alumnos de 7 años estaba jugando al GTA V (un juego catalogado para mayores de 18 años).
Soy la primera que defiende el acceso a la información y a la educación sexual, pero siempre deberá estar adaptada a la edad y la etapa madurativa del menor. Sin embargo, no toda la culpa la tienen esos padres, sino la sociedad en sí. Nos estamos cargando la infancia de nuestros menores y, aunque, en esta era, todo va muy deprisa, eso no impide que paremos un momento, ralenticemos el tiempo y dejemos a los niños ser, precisamente lo que son, niños. Porque estamos dejando que los niños crezcan muy rápido y me parece muy triste que se vayan de este mundo sin saber lo que es la niñez.
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